Europa es un equipo de fútbol que debe jugar al ataque, no a la defensiva, al catenaccio, pero protegiendo la línea de centro". Con este símil deportivo resumió ayer su defensa del proyecto comunitario el comisario europeo de Asuntos Económicos y Monetarios, Joaquín Almunia, que ofreció una conferencia en Zaragoza en el marco de unas jornadas sobre los retos del viejo continente. También se refirió a Aragón, al que elogió por su apuesta logística y la celebración de la Expo.

Almunia defendió una Europa fuerte basada en el Tratado de Lisboa, por lo que confió en que se resuelva cuanto antes el "problema" del no irlandés a este documento porque "no hay margen para volver a empezar el proceso". Si no se encuentra una "solución política", será como jugar "con una mano atada a la espalda" o "con una sola pierna", agregó.

En un contexto de desaceleración económica, consideró necesario "aprovechar las oportunidades" de la globalización y "minimizar" los costes de este fenómeno. "Hay que reaccionar "con cabeza y no mediante impulsos que no llevan a ningún lado", insistió. En esta misma línea, anotó como otros retos de futuro como "desafío energético", el cambio climático, los flujos migratorios y el envejecimiento demográfico que pone en riesgo los sistemas sociales, siempre con una estrategia de más coordinación entre los Estados miembros.

A corto plazo, defendió la puesta en marcha de ayudas para aquellos sectores de ciudadanos que "sufren más penurias", aunque ha hecho hincapié en que "no hay recesión" y por ello "no se debe alarmar más de lo imprescindible", sino que "hay que encontrar soluciones cuando la economía crece menos".

En este sentido, subrayó que España tiene unas "bases sólidas" para afrontar con "confianza" el actual ciclo de desaceleración económica. "España, a diferencia de otros países industrializados, tiene ilusión, dinamismo, energía, ganas y juventud", por lo que ve el "futuro con confianza", declaró a los medios de comunicación.

APOYO AL EURO El décimo aniversario de la Unión Económica Monetaria, que daba título a la conferencia, centró buena parte de su discurso. Almunia hizo un balance positivo de esta alianza y destacó como beneficios la creación en estos diez años de 16 millones de empleos en la Eurozona y la "cultura de la estabilidad" generada en los países. Por contra, lamentó que la productividad de las economías no haya crecido "como debería" y el menor "grado de dinamismo y innovación" en relación a otras zonas del mundo.