Greenpeace calienta motores para la manifestación del próximo sábado en Madrid contra los transgénicos y ayer presentó en Zaragoza la quinta edición de la Guía roja y verde de alimentos que contienen o no ingredientes modificados genéticamente. También hizo parada en la capital aragonesa la caravana contra los transgénicos de la organización ecologista tras recorrer varios países de la Unión Europea (UE), ya que Aragón está considerada la zona cero de este tipo de cultivos a nivel continental, con 30.000 hectáreas de las 76.000 que hay en toda España.

La guía, que se puede descargar de la web de Greenpeace, clasifica los alimentos por su marca según hayan garantizado que no contienen transgénicos ni sus derivados. Por ejemplo, entre los fabricantes aragoneses, las cervezas de La Zaragozana o la bollería de La Bella Easo aparecen en el apartado verde, mientras que los chocolates de Lacasa se incluyen en la lista roja.

FALTA DE LIBERTAD En el acto de ayer estuvieron presentes representantes de todos los sectores que se sienten afectados por los transgénicos: ecologistas, agricultores, consumidores y gastrónomos. Juan Felipe Carrasco, responsable de la campaña de Greenpeace, calificó de "vergüenza, ataque y ruptura de libertades" la posición del Gobierno español, "que solo vela por los intereses de las empresas", y afirmó que los transgénicos causan graves efectos contra la salud. "Nadie ha probado su inocuidad, sino todo lo contrario", añadió. "Si fueran tan buenos y necesarios para la población, Argentina, segundo productor mundial de alimentos y también de transgénicos, no tendría a tres millones de personas al borde de la hambruna", señaló. Carrasco también resaltó que, si bien la legislación europea obliga a etiquetar los productos derivados de cosechas transgénicas, "la falta de trazabilidad y el nulo seguimiento por parte de las autoridades españolas" han llevado a Greenpeace a volver a solicitar a los fabricantes de alimentos información al respecto.

Por su parte, Juan Luis Iranzo, agricultor y ganadero de Andorra y miembro de la Ejecutiva de UAGA-COAG, manifestó su "no rotundo" a la plantación, consumo e importación de transgénicos y destacó la importancia que tienen las semillas "propias" para los productores de alimentos. "Son nuestro valor histórico-cultural y un input menos que tenemos que comprar. Si no, pasamos a depender de las grandes multinacionales que controlan la alimentación mundial", aseguró. Asimismo, Iranzo se dirigió a quienes son partidarios de estos cultivos y avisó: "El beneficio de un día puede ser el fracaso de toda una generación".

A la presentación de la guía también asistieron Ana Echenique, representante de la Confederación de Consumidores y Usuarios (CECU), y Luis Berzosa, profesor de cocina en la Escuela de Hostelería de Miralbueno y miembro del movimiento Slowfood, ambos en contra de los transgénicos.