Ni un revés como el que propinó el miércoles la agencia de calificación de riesgos Standard & PoorIs (S&P) al rebajar el nivel de solvencia de las emisiones de deuda pública española ha conseguido poner de acuerdo a Gobierno y oposición sobre la situación de la economía española y la respuesta más conveniente que ofrecer a los mercados internacionales. Ni la sombra de la especulación planeando sobre las emisiones del Tesoro ha conseguido que el Ejecutivo y el PP mantengan una postura única en defensa de la solvencia del país.

A diferencia de lo que sucedió la víspera, cuando S&P rebajó la calidad de la deuda de Portugal y el jefe del Ejecutivo y el líder de la oposición realizaron una declaración conjunta en defensa los intereses del país ante los mercados, en España las declaraciones del Gobierno y de la oposición se mantuvieron en el habitual intercambio de reproches de los últimos meses.

Varios miembros del Gobierno intentaron minimizar los acontecimientos a la par que la secretaria general del PP, Dolores de Cospedal, dijo que la rebaja de S&P es "una pésima noticia" y "un mayor desprestigio" para España.