Aseguran los inversores que el mejor momento para invertir en bolsa no es el actual, ya ha pasado. Fue a primeros de año cuando se daban las circunstancias propicias debido al bajo nivel de precios. Pero también dicen que la situación ahora es óptima para aprovechar la tendencia alcista, sobre todo, de las europeas. Muchos de esos mercados están ya en máximos de los últimos dos años, pero lejos de la exuberancia irracional que proclamó Greenspan --expresidente de la Reserva Federal-- en plena burbuja financiera.

Y lo cierto es que los últimos vientos que impulsan los índices a valores casi olvidados proceden de EEUU. La renuncia de Larry Summers, exsecretario del Tesoro de EEUU, a presidir la Reserva Federal (Fed) ha supuesto un respiro para los inversores, pues interpretan que la política de estímulos monetarios de Bernanke se mantendrá si su vicepresidenta, Janet Yellen, le sustituye a partir del 31 de enero del 2014. Con ese argumento, el Ibex 35 superó durante la jornada los 9.000 puntos, si bien se quedó en 8.999,5 al cierre. La última vez que el indicador selectivo registró los 9.000 puntos fue en noviembre del 2011. De igual forma, los 2.894 puntos que el Eurostoxx 50 alcanzó ayer representan un máximo de dos años.

"Parece que la reserva Federal se está planteando retirar estímulos por valor de 10.000 millones de dólares sobre un volumen de compras mensuales de 85.000 millones. Consideramos que eso no va a poner en riesgo a la economía estadounidense", comentó ayer Ivan Sanféliz, analista de Renta4.

El tapering, como denominan los analistas al programa de reducción de estímulos, no esconde otra realidad: "Si es necesario llevarlo a cabo es porque en el fondo hay una recuperación de la economía estadounidese", comentó Jaume Puig, director general de la gestora de GVC Gaesco. Esa circunstancia se muestra en la fortaleza de Wall Street, donde, el Dow Jones, se encuentra en valores máximos.

Un entorno relativamente favorable en EEUU, creen los analistas, resta presión a los países del sudeste asiático, sobre todo, si el dólar se mueve a la baja, como ocurrió ayer. Se aleja así la posibilidad de otra crisis de divisas como la de 1994. "Pese a todo lo que se ha dicho, los datos que proceden de los países de esa zona no son malos. Aquellos mercados han experimentado ya una corrección por lo que las proyecciones son mejores de lo que se puede creer", dijo Puig.