El informe del CESA destaca que la tasa de paro juvenil en Aragón superó "un alarmante 40%", aunque todavía era algo inferior a la media nacional. La crisis siguió provocando una sangría de puestos de trabajo, pero la comunidad todavía se situó el pasado año como la cuarta región con menor tasa de paro y la quinta con mayor índice de empleo. Los ERE crecieron y afectaron a 29.000 empleados.