Para luchar contra el peligro de deflación, el BCE puede recurrir a medidas no convencionales que sean compatibles con los tratados europeos que dieron origen a la creación de la institución, cuyo principal objetivo es garantizar la estabilidad de los precios de la eurozona en alrededor del 2%. Ahora, la inflación se sitúa en el 0,5% y esto puede dar lugar a que mañana, jueves, el BCE lance medidas no convencionales, aunque estas deben ser de naturaleza temporal. El BCE se plantea atacar a la raíz del problema que es la falta de crédito y de actividad económica. Para ello podría fijar tipos negativos en los depósitos que tienen los bancos guardados en el BCE para que sea un incentivo para que en vez de guardar dinero, lo presten. Otra opción es que el BCE compre emisiones de títulos de empresas.