Estados Unidos ha revisado al alza el crecimiento del último trimestre del 2015, pero la incertidumbre sobre la marcha de su economía persiste. Según el Departamento de Comercio, el PIB creció un 1,4% durante el final del año, cuatro décimas más de lo adelantado el mes pasado, en gran medida a causa del impulso del consumo. Pero ese dato positivo llega acompañado de otro más preocupante: la caída de los beneficios netos de las empresas. Las ganancias se redujeron un 11,5% respecto al mismo trimestre del año anterior, lo que supone el mayor desplome desde finales del 2008, cuando la crisis financiera estaba en su momento de apogeo. Y la historia demuestra que cuando los resultados de las empresas caen significativamente arrastran al resto de la economía al reducirse la inversión y el empleo.

El dato ha sido especialmente malo por los más de 20.000 millones de dólares que ha pagado la petrolera BP por el vertido en el Golfo de México registrado en el 2010. Si se resta esa cifra, la caída de los beneficios de las grandes corporaciones pasa a ser del 7,6%.