En la recta final del diálogo entre los socios de Gobierno (PSOE y Unidas Podemos) y con los agentes sociales, para lograr un acuerdo para una reforma laboral dentro del mes de noviembre, el presidente Pedro Sánchez subrayó este domingo que será "fundamental" que se pueda llegar a un acuerdo "con los empresarios y los sindicatos" para la "actualización el modelo de relaciones laborales".

En un encuentro con los medios de comunicación, al margen de la reunión del G-20 en Roma, donde Sánchez se mostró "satisfecho" por los compromisos "concretos y urgentes" logrados en la cumbre, el presidente, en clave interna, reflexionó sobre la importancia de lograr una reforma laboral por consenso.

El presidente apeló a "la responsabilidad de país del conjunto de actores sociales" para su implicación en la reforma laboral. Sánchez citó de forma explícita a "empresarios y sindicatos" en más de una ocasión, durante una rueda de prensa en la que, en primera fila, estaba sentada la vicepresidenta económica, Nadia Calviño, que acompaña al presidente en cumbres internacionales como la del G-20.

"Algunas cosas que se hicieron mal en 2012"

Después de que la patronal CEOE haya tachado en diferentes ocasiones de "inaceptable" la propuesta de reforma laboral en la que estaba avanzando la vicepresidenta tercera y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, el mensaje de Pedro Sánchez, subrayando la importancia de que los empresarios también formen parte del acuerdo, apunta en la dirección de reorientar las oferta negociadora del Gobierno para ampliar el perímetro del consenso, más allá de los sindicatos.

Tal como lo entiende el presidente, la "modernización y actualización de las relaciones laborales" en España implicará "que algunas de las cosas que se hicieron mal en 2012 se reconstruyan", en alusión a la reforma laboral del expresidente del PP Mariano Rajoy. Pero también, según el presidente, implica "mirar hacia adelante, porque hay una realidad nueva en el mercado laboral que tiene que se atendida". De un modo u otro, Sánchez evitó hablar de "derogación", palabra clave en el discurso habitual de Yolanda Díaz. Lo "fundamental", volvió a insistir una y otra vez, será hacerlo con consenso social.

Reunión del martes

A dos días de una reunión del propio Sánchez con la vicepresidenta primera y ministra de Economía, Nadia Calviño, y con la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, para avanzar en la propuesta negociadora final que el Gobierno llevará a la mesa del diálogo social, el presidente evitó ser más explícito sobre si los contenidos serán muy diferentes de lo planteado hasta ahora por la titular de Trabajo, que solo ha concitado apoyos de la parte sindical. En la agenda, medidas para acabar con la temporalidad y precariedad de los contratos, las relaciones laborales de las subcontratas, una reforma de la negociación colectiva y los nuevos ertes.

En la parte socialista del Gobierno de coalición existe la convicción de que una mayor implicación de esta parte del Ejecutivo en el diálogo social puede contribuir a forjar un acuerdo social más amplio que atraiga a los empresarios. Para la Comisión Europea, es muy importante que la reforma se haga con acuerdo de ambas partes de los agentes sociales. Dentro de los compromisos adoptados con la Unión Europea para la recepción de fondos europeos se incluye el de que la aprobación de la reforma laboral por parte del Parlamento antes de fin de año. Este calendario es compatible con el objetivo de adoptar un acuerdo social dentro del mes de noviembre -tal como pretende el Gobierno- para su posterior traslado a un decreto ley en diciembre que sería sometido a la votación del Congreso de los Diputados en diciembre.