El índice de precios al consumidor del Reino Unido se situó en marzo en el 7%, frente al 6,2% del mes anterior, lo supone la tasa más elevada desde 1992, informó este miércoles la Oficina Nacional de Estadísticas (ONS, en inglés).

El alza de la inflación respondió al incremento de los precios de la electricidad, el gas y el carburante, así como el transporte y los precios de los materiales que usa el sector industrial.

La inflación británica subió más del 6,7 % que habían estimado los analistas.

Según Grant Fitzner, economista jefe de la ONS, el incremento generalizado de los precios fue pronunciado en marzo, pero especialmente el del carburante.

"Los precios de los restaurantes y los hoteles también subieron de manera pronunciada en marzo, mientras que, tras una caída hace un año, se registraron aumentos en diferentes tipos de alimentos", añadió.

"Los precios de los productos que salen de las fábricas del Reino Unido han continuado con una fuerte subida", indicó Fitzner, que mencionó entre ellos los de los metales.

Para contener el incremento de la inflación, el Banco de Inglaterra subió el mes pasado desde el 0,5 % al 0,75 % los tipos de interés en el Reino Unido, el tercer incremento consecutivo que acometió la entidad a fin de contener la inflación.

Esa fue la tercera subida experimentada en cuatro meses en un intento del banco emisor inglés por contrarrestar el alza en el coste de la vida en el Reino Unido.

Los expertos no descartan otra subida del precio del dinero porque la inflación está muy por encima del objetivo del 2 % fijado por el Banco de Inglaterra.