Resultado de récord. Repsol ganó 2.539 millones de euros en el primer semestre de 2022, el doble que hace un año y por encima de los 2.499 millones de euros que obtuvo en el conjunto del año 2021, cuando duplicó las ganancias obtenidas en la última década marcado por los elevadísimos precios del petróleo de los últimos meses. La petrolera defiende que este resultado "compensa parcialmente" el de los ejercicios completos de 2019 y 2020, cuando alcanzó unos números rojos de más de 7.100 millones de euros (-3.816 millones de euros y -3.289 millones de euros) debido a los ajustes de activos y a la pandemia del coronavirus que desplomó la demanda y los precios.

El resultado neto ajustado triplicó el de hace un año, al pasar de rozar los 1.000 millones de euros (959 millones) a registrar en este primer semestre unos 3.177 millones. Casi la mitad de ese número corresponde al área de Industrial (química y refinerías) que ganó 1.393 millones de euros, frente a los 239 millones de euros en el primer semestre del año anterior, marcada por el alza de precios de las materias primas, sobre todo, tras los problemas de suministro por la invasión de Ucrania.

La otra mitad del resultado neto ajustado vino del negocio internacional, cuyo principal exponente es el área de Exploración y Producción con un resultado de 1.678 millones de euros, frente a los 959 millones de euros de un año antes. Por otra parte, respecto a Comercial y Renovables, la compañía tuvo un resultado de 215 millones de euros en el semestre, por debajo del obtenido en el mismo periodo de 2021. La petrolera asumió un ahorro de 150 millones de euros para sus clientes, por el descuento de 20 céntimos por litro de combustible.

La compañía presidida por Antoni Brufau ha decidido hacer una provisión de 1.844 millones de euros en el periodo por el deterioro del valor contable de sus refinerías ante "la inestabilidad del entorno de negocio en Europa" y "la presión regulatoria en el continente" con medidas como "la prohibición de la venta en la Unión Europea de coches con motor de combustión a partir del año 2035, y su consiguiente impacto en la rentabilidad y competitividad a largo plazo", según explica.

En la conferencia con analistas, el consejero delegado de Repsol, Josu Jon Imaz, ha advertido al Gobierno de que hará "todo lo posible" para evitar el impacto en sus cuentas de "cualquier medida arbitraria", al ser preguntado por el nuevo impuesto sobre las ventas de las energéticas presentado este jueves por PSOE y Unidas Podemos. Imaz ha asegurado que "no tiene ninguna duda" de que el marco constitucional y jurídico, tanto de la Unión Europea como de España, va a proteger a Repsol de cualquier "posible iniciativa arbitraria".

El dirigente ha defendido que la compañía no tiene beneficios 'caídos del cielo' sino márgenes que son cíclicos porque la actividad de 'oil and gas' es "una actividad a riesgo", sin regular --no como las eléctricas--. Y ha defendido que en el caso del refino, Repsol mantuvo sus inversiones para modernizar estas instalaciones cuando los márgenes eran bajos pese a que otras compañías las cerraban. "Cuando los precios caen, los resultados caen, y las compañías no son compensadas. Nuestra industria de refino perdió cientos de millones de euros en 2020 y 2021 y no vi ningún gobierno hablando de apoyar estas pérdidas extraordinarias", ha agregado.

Reserva estratégica

La mitad del resultado neto, según explica la compañía, corresponde a la valoración contable de los inventarios que almacena como reserva estratégica para España, según explica la empresa. En total, 1.206 millones de euros, casi el triple de los seis primeros meses del año anterior debido a la escalada de precios de petróleo, gas y sus derivados por las tensiones geopolíticas aumentadas por la guerra de Ucrania. Así, el crudo Brent subió su cotización en el periodo un 66% respecto a 2021, situándose en una media de 107,9 dólares por barril en el primer semestre. Mientras el gas Henry Hub llegó hasta los 6,1 dólares por MBtu de media, un 118% más que entre enero y junio de 2021.

En lo que se refiere a la deuda neta, cerró junio en 5.031 millones de euros, inferior en 869 millones al fin del anterior trimestre. Por su parte, la liquidez se situó en 9.380 millones de euros, suficiente para cubrir 3,9 veces los vencimientos de deuda a corto plazo.

Por otra parte, el Consejo de Administración de la compañía acordó este miércoles un programa de recompra de acciones propias desde el 28 de julio dónde el número máximo de acciones a adquirir será de 50 millones y la amortización de 75 millones de acciones tras completar ese programa.

Cambios en el organigrama

Cambios en el Comité Ejecutivo de la compañía para "afrontar la nueva etapa de crecimiento y transformación de la compañía, en línea con el Plan Estratégico 2021-2025". Se va María Victoria Zingoni, encargada hasta ahora del negocio de Clientes y Renovables y Generación Baja en Carbono cuyas funciones se dividirán en dos para en el primer caso (clientes) ser asumidas por Valero Marín, actual director corporativo de digitalización y servicios globales, y en el segundo (renovables y generación baja en carbono) por João Costeira, actual director ejecutivo de Generación Baja en Carbono.

Por otra parte, Francisco Gea, hasta ahora director de M&A (Fusiones y Adquisiciones) y anteriormente director de varias operaciones de Exploración y Producción (Upstream) de Repsol, pasa a liderar este negocio en sustitución de Tomás García Blanco, quien, por razones personales, será adjunto al CEO para Proyectos Especiales. Además, el director general de Transición Energética, Tecnología y Adjunto al CEO, Luis Cabra, incorpora Digitalización y Ciberseguridad a sus responsabilidades, y el director general económico-financiero (CFO), Antonio Lorenzo, asume Servicios Globales y Compras.