Seguro que más de una vez los alumnos y alumnas han deseado convertirse en profesores por un día y ser ellos quienes aporten sus conocimientos y experiencias sobre un tema. No es tarea fácil llevarlo a cabo, pero con ilusión y motivación nada es imposible para adolescentes de 13 y 14 años deseosos de aprender y volcar su sabiduría en los demás. Es lo que ha sucedido en el Colegio San Vicente de Paúl de Barbastro, en Huesca.

El alumnado de 1º ESO conocía muy bien la vida de nuestros antepasados en la Prehistoria y quisieron convertirse en guías para adentrar al curso de 4º de Primaria en el fascinante mundo de la Edad de Piedra: los primeros sapiens, la forma de controlar el fuego, las llamativas pinturas rupestres, etc. Todo un mundo desconocido para los pequeños, que mostraron un gran interés y curiosidad por el tema.

Asimismo, el curso de 2º de ESO se lanzó al mundo de la enseñanza con los chicos y chicas de 5º y 6º de Primaria, con un taller doble sobre la escritura antes y después de la aparición de la imprenta.

Actividad en el recreo para mostrar a los escolares más pequeños cómo se hacía el fuego en la Prehistoria. COLEGIO SAN VICENTE DE PAÚL

Taller de escritura medieval

El grupo de castellano se encargó de mostrar a sus nuevos y atentos alumnos cómo escribían los monjes medievales, con un taller de escritura que convirtió la clase en un scriptorium medieval y les dio a los más pequeños la oportunidad de olvidarse de los bolis y animarse a escribir con pluma y tintero.

El grupo de bilingüe fue el responsable de explicar la llegada de la imprenta y sus consecuencias y, gracias a la presencia de Gutenberg y sus maestros impresores, llevar la imprenta a la clase, mostrándoles el funcionamiento de la invención que cambió el mundo y nos acercó las letras a todos.

Un grupo de alumnas realiza un ejercicio dentro del taller de escritura antes y después de la imprenta. COLEGIO SAN VICENTE DE PAÚL

"Observar la gran implicación de todo el alumnado, el cariño y compañerismo que mostraron, notar cómo aprendieron por sí mismos, cómo transmitieron ese vasto conocimiento y cómo fueron capaces de hacernos evadir de la rutina por un momento hizo que nuestros alumnos y alumnas, una vez más, nos proporcionasen la dosis diaria para sonreír y sentirnos orgullosos", aseguran desde el centro.