El proyecto del IES Domingo Miral de Jaca que sensibiliza sobre la situación de los refugiados

El IES Domingo Miral de Jaca ha iniciado este curso un proyecto de movilidad Erasmus + cuyo título es Behind the Wall (en español, Detrás del muro) con otros dos centros de Italia y Francia. Dicho proyecto está enmarcado dentro del plan de internacionalización de nuestro centro y tiene como punto fuerte la realización de actividades y el intercambio del alumnado con ambos países. Los temas principales del proyecto son la situación de las personas refugiadas en el mundo y en Europa, los movimientos migratorios en España, Francia e Italia y el uso actual de la memoria histórica.

La semana del 27 de noviembre, recibimos la visita de 10 alumnos italianos del Liceo Michele Guerrisi (Cittanova) y de otros 10 alumnos franceses del Lycée Martinière Duchère (Lyon). A lo largo de esta semana, realizamos muchas actividades, incluyendo un viaje a Mauleón, para hablar con el descendiente de una de las golondrinas que tuvieron que migrar de España a Francia a principios del siglo XX, y al campo de refugiados de Gurs.

El IES Domingo Miral de Jaca celebra las jornadas Erasmus Days 2023

Allí, pudimos ver las condiciones en las que vivían, y también pudimos hablar con descendientes de republicanos españoles que tuvieron que huir durante la Guerra Civil. Nos contaron historias reales de franceses y españoles que se conocieron en el campo, y nos transmitieron con emoción sus experiencias con un único objetivo: que esta historia no vuelva a repetirse.

Entre las ruinas del pueblo viejo de Belchite

El jueves visitamos Belchite, un pueblo de la provincia de Zaragoza que fue bombardeado y destruido durante la Guerra Civil. Allí estuvimos viendo lo que quedaba de dicho pueblo (dos iglesias, las plazas con sus respectivas calles y fachadas totalmente derruidas…) observando las huellas de una guerra que también nos hizo sentir muchas emociones y sentimientos encontrados.

Por la tarde aprovechamos para enseñarles a nuestros invitados el centro de Zaragoza, después de haber comido en un restaurante de un refugiado sirio, Ahmed, llamado El Castillo de Alepo. Nos atendieron súper bien, probamos comida típica de Siria y para terminar, pudimos hacerles algunas preguntas sobre su experiencia como refugiados y sobre cómo fue la huída de su país. Gracias a una alumna francesa que hablaba árabe pudimos entenderlo todo perfectamente.

Exposición fotográfica ‘Vidas minadas’

Ese mismo día también fuimos a visitar la exposición de la Lonja de Zaragoza, donde nos estaba esperando el fotógrafo Gervasio Sánchez. Nos hizo mucha ilusión que pudiera explicarnos él su propia exposición, habiendo llegado unas horas antes en avión a España desde México. De hecho, fue una de las experiencias más emocionantes del proyecto (a alguna alumna incluso se le escaparon unas lagrimillas): Vidas minadas no dejó indiferente a nadie e hizo que no vayamos a olvidar nunca este proyecto. Y es que la exposición es muy impactante, ya que te va contando a través de fotografías la vida que han sufrido varias personas después de haberse encontrado con una mina antipersona en su camino.

La verdad es que nos hizo cambiar mucho la perspectiva sobre las guerras que están sucediendo hoy en día en el mundo, así como intentar meternos en la piel de todas esas personas, ya que como bien nos dijo Gervasio: “¿Cómo es posible que una mina que te cuesta conseguirla aproximadamente unos ocho euros, pueda hacer tantos destrozos y salga mil veces más cara para la persona que se topa con ella?”. Gracias Gervasio.

Visita a la Estación Internacional de Canfranc

Otra de las actividades que hicimos el último día fue visitar la Estación Internacional de Canfranc para conocer un poco más su historia de cerca. Lo que hace unos años era la estación de tren hoy en día es un hotel de lujo, y la ruta que se creó hace muchísimos años para pasar de España a Francia y viceversa, atravesando las montañas, ha cambiado y se ha mejorado bastante. También andamos por el Sendero de los melancólicos, una ruta muy bonita por los alrededores de la estación en la que aún se pueden descubrir búnkeres de la Línea P, mandada construir por Franco en la posguerra.

Pero a lo largo de la semana también hicimos otras actividades divertidas: juegos en el instituto para conocer a nuestros invitados, una yincana por Jaca, y diversos talleres muy interesantes (de fotografía, periodismo, cómic, teatro…). El miércoles por la noche tuvimos que hacer un postre junto con nuestro respectivo italiano o francés, aprendimos de su gastronomía y ¡ellos probaron nuestra paella! Además el viernes por la tarde fuimos a la bolera y el sábado a patinar a la pista de hielo de Jaca. Vamos, que no nos dio tiempo a aburrirnos.

Ha sido una experiencia muy chula que nos ha servido tanto para reflexionar sobre la situación de los refugiados y de las guerras (antes y ahora), como para intentar no cometer los mismos errores que se cometieron en el pasado. Escuchar a personas como Irina, refugiada ucraniana, o a Bacarry, procedente de Gambia, nos ha ayudado a abrir nuestras mentes y a darnos cuenta de que en el instituto se pueden aprender muchas cosas, no solo lo que está en los libros.

Una de las principales conclusiones que hemos sacado es que da igual de dónde seamos: todos podemos ser refugiados o migrantes. Lo importante es recordar, tener memoria y no olvidar nuestra historia.