Si algo ha demostrado este tiempo de pandemia es la necesidad de esperanza, una esperanza que en Épila se asienta en la construcción del macrocomplejo alimentario de bonÀrea, que avanza a buen ritmo y bajo la programación prevista, permitiendo el crecimiento del municipio y estableciéndose como fuente de empleo para las empresas locales. La edificación del que será el segundo centro logístico y productivo de la empresa catalana, que cuenta con una inversión de 400 millones de euros, comenzó en el año 2019 y estará operativo en el 2029 aunque antes ya irán entrando en servicio distintos edificios.

Dos años después de la firma del convenio de colaboración entre el Gobierno de Aragón, bonÀrea y el Ayuntamiento de Épila, llegaron las primeras máquinas a las 180 hectáreas destinadas al complejo, junto a la autovía A-2 en dirección Madrid, en el Polígono Industrial El Sabinar. La explanación del terreno fue uno de los trabajos iniciales, a través del cual se pudo nivelar el suelo en el que se levantará el centro agroalimentario, acompañado de los respectivos movimientos de tierra, en concreto, 3,5 millones de metros cúbicos de tierra movilizada.

Se trata de unos de los trabajos pertenecientes a la primera fase del proyecto, cuya duración se extendía del 2019 hasta finales del 2020, que también abarcó la construcción de 3,5 kilómetros de galerías subterráneas de servicios para las distintas instalaciones, así como el comienzo de las obras de urbanización del futuro complejo.

El Gobierno de Aragón por medio del Plan de Interés General de Aragón para la implantación de la plataforma agroalimentaria de bonÀrea en Épila estableció una inversión de 16.403.619 euros con el fin de acometer la urbanización exterior, iniciada en enero del 2020. Dicha actuación se lleva a cabo sobre una superficie de 2.419.670 metros cuadrados distribuidos en dos sectores, separados por la carretera A-1305.

Esta actuación pública fue dividida en dos lotes, asignado el primero de ellos a la Unión Temporal de Empresa, ‘Plataforma Épila Lote 1’, con un contrato de 10.544.370 euros. La realización de un emisario de aguas pluviales con destino al río Jalón; un conducto de aguas residuales; los sistemas de captación de agua y distribución a las balsas de almacenamiento; la conducción subterránea de telecomunicaciones desde el centro de Épila son algunos de los trabajos que se han ido ejecutando en este primer lote, cuyo plazo de trabajo es de 24 meses.

Mientras, el segundo lote, en manos de la empresa Acciona Construcción por una cuantía de 5.859.249 euros y a acometer en 16 meses, engloba acciones como la construcción de las infraestructuras necesarias para dotar de servicios al sector; la cimentación de un nuevo pozo de captación de agua subterránea; la construcción de glorietas y viales de acceso desde la A-1305 a sendos sectores, entre otras. De esta forma, la intervención pública permite la dotación de todos los servicios esenciales de agua, electricidad, gas o telecomunicaciones.

Proyecto para el 2029

El complejo agroalimentario toma forma y ya se puede observar sobre el terreno la primera construcción. Se trata de la nave de talleres, que cuenta con 14.000 metros cuadrados de superficie y que pretender servir como base de operaciones para el resto de actuaciones. Pronto se sumará la zona logística, cuya cimentación comenzó a principios de este año, dando así paso a la segunda fase del proyecto, en la que se contempla la edificación de la nave del lavadero, la de congelados, junto a los talleres de mantenimiento, la planta de alimentos para mascotas y el centro promocional, que incluye un supermercado, un restaurante y una gasolinera. Esta fase abarca el período del año 2021 y el 2022.

Los tres años siguientes verán la luz la planta de frutos secos, la de fruta y verdura, la de postres, la de líquidos y la planta destinada a la elaboración del pan, en el marco de la tercera fase. Y, por último, durante la cuarta fase, que se desarrollará del año 2027 al 2029, se levantarán las plantas destinadas a elaborados cárnicos, productos cocinados, los secaderos para productos curados, los mataderos y las salas de despieces para aves y ganado.

De esta forma, la principal empresa agroalimentaria de España englobará en el complejo alimentario que levanta en Épila todo el ciclo productivo de los productos que la marca comercializa, sin intermediarios, como ya realiza en su actual centro en Guissona. La plataforma ubicada en Aragón será el enclave estratégico de la corporación para abastecer las tiendas bonÀrea aragonesas y extenderse hacia Navarra y el norte de España, Madrid y centro y la zona de Levante.

Fuente de empleo

El éxito que ya dibuja este proyecto ha comenzado a dar sus frutos. Los negocios epilenses han experimentado un aumento en su actividad y ventas y la hostelería de la localidad, así como el alquiler de viviendas también se han visto beneficiadas por el efecto bonÀrea.

Otra de las ventajas que traerá consigo la construcción de la plataforma agroalimentaria es la creación de 4.000 empleos, motivo por el cual Épila contará a partir del próximo año con un Centro de Formación para el Empleo de carácter municipal, que impartirá formación específica para los perfiles profesionales que requerirá el macrocomplejo. Un éxito y un futuro esperanzador que bonÀrea y Épila construyen de la mano.