EL CAMINO AL 28M

Debate electoral | Una noche para no meter la pata

Lambán y Azcón, conservadores en el debate, muestran sus diferencias sin engancharse || Teruel Existe deja bien claro que no estará «en ningún gobierno en el que participe Vox»

Los candidatos a la Presidencia de Aragón en una foto de familia en el debate de Aragón TV.

Los candidatos a la Presidencia de Aragón en una foto de familia en el debate de Aragón TV. / Jaime Galindo.

Ignacio Martín

Ignacio Martín

A trece días de las urnas, con casi dos semanas enteritas por delante para que se vaya intuyendo quién tiene que subir el volumen, cualquiera se podía temer que ninguno de los grandes, los únicos que optan de verdad a la Presidencia de Aragón, iba a arriesgar más de la cuenta. No se expusieron ni lo más mínimo. Saben Javier Lambán y Jorge Azcón que en estos debates amplios, poco que ganar y mucho que perder. Así que se reservan. Lo hizo el presidente, que no aceptó un par de envites de Azcón, cuando le incitó a hablar de la protección de menores –por la ley del 'solo sí es sí' de Podemos que tanto le ha castigado – o cuando le preguntó si se acordaba de cuando llamó a Pedro Sánchez –por aquello de los Juegos– y no le contestó. Se escapó Lambán igual que dribló el alcalde zaragozano cuando le hablaron de Feijóo, Andalucía y el trasvase, o de con cuántos niños cerraría los colegios si gobernara. Cualquiera se escabulle en estos debates gigantescos, en los que suelen destacar los que son pequeños pero valientes.  

Así fue en el de Aragón TV, donde Alberto Izquierdo, del PAR, reclamó los focos desde su primera intervención, cuando advirtió de que no es tan mayor como a la gente le pueda parece (39 años) y reconoció ser «feo». En otro tono bien diferente destacaron los buenos momentos de Maru Díaz (Podemos), que empezó reconociendo que hace 4 años se equivocó cuando en este mismo debate prometió que no volvería a ser la única mujer. «Para que luego digan que no existen los techos de cristal...», arrancó.

Y bien, la noche empezó noche empezó con Lambán pidiendo perdón «por los errores cometidos», algo poco común en la política de estos días. Enseguida se subió a la ola de la economía, donde sabe que tiene el músculo presente. «Hemos estado a la altura, desde la moderación y la centralidad, para generar calidad de vida y empleo». Y a partir de ahí, datos: «Somos los segundos que más hemos reducido el desempleo, con 70.000 afiliados más a la Seguridad Social, y los primeros que más hemos crecido en PIB. En los próximos años, además, se crearán más de 20.000 puestos de trabajo con la llegada de Amazon, Ponentia, Inditex, Bon Área...».

El segundo en intervenir fue Jorge Azcón, que no perdió ni un segundo en recordar que lo que él pretendía, y pretende, es un cara a cara «entre las dos únicas formaciones que pueden gobernar» Aragón, «pero el señor Lambán lo ha querido así». Acto seguido, prometió soluciones en asuntos que considera necesarios, «en fiscalidad, sanidad y despoblación», en lo que denominó un cambio «moderado, tranquilo, a mejor, como el de Zaragoza», además de acusarle de que hacer un análisis «triunfalista» de la situación es «no decir la verdad». y de cargar contra la política fiscal «que nos obliga a pagar más de lo que recibimos». Lambán respondió con sorna: «Azcón me recuerda a Van Gaal, lo ve todo negativo», retrotrayendo a todos a aquel episodio del entrenador del Barcelona de «siempre 'negatiffo'...».

Por detrás fueron entrando Ciudadanos, con Carlos Ortas recordando su condición –«Me he pagado más nóminas fuera de la política que dentro de ella»– y su pasión, el baloncesto que le enseñó que nadie «gana solo».

Alejandro Nolasco entró directo al turrón, o el pan de cada día de Vox. Ya se sabe, «infierno fiscal, sanidad precaria, las peores carreteras de España, aumento de la inseguridad y la delincuencia...», además de una propuesta de recortes con pregunta, algo común en su formación: «¿Son necesarias de verdad 33 comarcas con todos sus gastos».

Recogió ese guante Alberto Izquierdo, del PAR, lúcido anoche: «Le invito a recorrer la provincia y ver por qué hay servicios en pueblos como el mío (Gúdar) gracias a las comarcas», contestó en un tono directo con el que se manejó toda la noche, en la que se dirigió directamente a los agricultores o los autónomos y protestó en alto que, mientras Aragón «se muere de sed, nadie hace nada», un mensaje parecido al que viene utilizando estos Jorge Azcón.

Preparativos del debate electoral

Preparativos del debate electoral / Jaime Galindo.

A la izquierda, marcando territorio entró José Luis Soro (CHA), que propuso crear una Mesa de la Nieve y recordó que «esto no va de lo que pasa en Madrid, de piques o bipartidismo, sino de la subida de precios, de la sanidad, de la sequía». En definitiva, «va de Aragón», y no de otros que quieren «volver» a un estado centralista, en referencia a Vox, sobre el que le lanzó, por cierto, una pregunta directa a Azcón: «¿Quiere gobernar con los antisistema de Vox que niegan la violencia machista?».

Maru Díaz advirtió bien pronto que era «consciente» de que la derecha «iba a vaticinar el fin del mundo». «El invierno se le ha hecho largo, pero Aragón lidera las listas de empleo, hay una subida del salario mínimos, es la segunda comunidad con menos desigualdad...». Y dejó un dato para olvidar los tiempos del «miedo». «De la última crisis nos costó salir 11 años y 10 meses, esta vez hemos recuperado la afiliación a la Seguridad Social en 13 meses».

Álvaro Sanz, de Izquierda Unida, habló de retos: «De emergencia climática, de la mejora de los servicios públicos con gestión directa. Se nos pide que no haya desigualdad, gobernar con valentía e inteligencia colectiva, y eso solo se puede garantiza por la izquierda», dijo el diputado antes de que Tomás Guitarte (Teruel Existe) pusiese sobre la mesa «el grave problema de desequilibrios territoriales, dando la oportunidad a cada una de las 33 comarcas, de los 731 municipios» y prometiendo que su proyecto «será capaz de corregir este problema de la desvertebración territorial».

Poco después el debate se detuvo en la fiscalidad. Lambán adujo que la presión está por debajo de la media española y se comprometió no solo a no incrementarla sino a analizar año a año la carga impositiva «e incluso bajarla». No lo vio así Azcón, para quien los aragoneses «pagan mucho más» de lo que reciben.

Debate fiscal

«No hay un infierno fiscal, lo que hay son paraísos», señaló Soro, que explicó que no se trata de recaudar más, «sino de recaudar mejor y acabar con los jetas que no pagan impuestos» porque cuando el PP habla de quitar impuestos, «piensa siempre en los mismos».

Izquierdo apostó por bajarlos sin perder derechos y hacerlo de forma progresiva, mientras Ortas prometió que en un gobierno con Ciudadanos se reduciría la presión fiscal diez puntos, «cinco en tramo autonómico del IRPF y cinco en el nacional».

Para Guitarte, es necesario un pacto fiscal «alejado de demagogias y redistributivo», Sanz exigió que no se bajen impuestos «a la carta».

La parte más interesante del debate llegó cuando se empezó a hablar de los posibles pactos para gobernar. El PSOE, dijo Lambán, «es el único que puede formar gobiernos transversales y moderados, el único que puede gobernar con todos menos con Vox», mientras el PP «solo puede unir a Vox y Teruel Existe, algo muy difícil».

«Con quien seguro que no vamos a pactar es con Bildu», se revolvió Azcón antes de que Soro asegurase que le «repugna» que haya asesinos en las listas pero también que «vayan franquistas declarados y orgullosos a usted le da igual». «¿Condena también el franquismo? Yo lo condeno». «Yo también», respondió Azcón, a quien Izquierdo le dejó un aviso sobre el centro: «Ojo con los mercenarios que cuando las cosas se complican suelen salir corriendo».

¿Y qué dijo Guitarte, el socio más esperado? Dejó bien claro que Teruel Existe «no participará en ningún gobierno en el que esté Vox porque sería profundamente contradictorio con la defensa del Estatuto de Autonomía». «Ya lo ha dejado claro, le da igual carne que pescado, solo le importa la salsa», dijo CHA antes de que Sanz garantizase que, si es por IU, «no gobernará la derecha» pero tampoco gobiernos «en teoría progresistas» que implementan «políticas de derechas».