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«Ayudar a los demás para que luego vuelen solos es la clave»

«Ayudar a los demás para que luego vuelen solos es la clave»

-Cuando las partidas para cooperación al desarrollo han caído en picado, ¿cómo se aventuran a fundar una nueva oenegé?

-Es una fundación nueva pero en realidad llevamos 30 años de recorrido. Mis padres fueron los patronos fundadores, junto a Ángel Sánchez, el presidente. Conocieron a Isabel Martín hace tres décadas. Y en este tiempo han ido comunicando la labor de esta misionera y los proyectos de la cooperativa Creative Handicrafts a todo su entorno. Como ya había mucha gente colaborando como donantes y voluntarios, hace un año nos aventuramos a poner en marcha la fundación, porque ya teníamos una base social muy labrada.

-¿Cómo contactó con Isabel Martín?

-La conocí en 1986, cuando mis padres volvieron de la India y me trajeron estas figuritas -con las que posa-, con las que empecé a jugar cuando tenía tres años. Con el paso de los años mis padres me hicieron comprender que esos muñecos los hacían unas mujeres que no tenían las mismas oportunidades que nosotros.

-¿Quién fue Isabel Martín?

-Fue una religiosa que se marchó a la India con las misioneras de Cristo Jesús porque sintió la llamada de ayudar a los más vulnerables, y los encontró los slums -los suburbios-. Ahí estuvo viviendo con las mujeres, en chabolas sin agua ni luz, sufriendo el trato que se les da a ellas.

Pero decidió que podían valerse por sí mismas. Así que aprendió a coser junto a otras seis mujeres, y ellas y estos peluches fueron el germen de la cooperativa Creative Handicrafts. Luego irían sumándose más mujeres y más productos. Dándoles dignidad, educación y justicia, y una profesión para poder salir adelante, Isabel Martín logró que muchas mujeres se liberaran económicamente de los hombres y pudieran tomar sus propias decisiones.

-¿Qué valores guiaban el trabajo Isabel Martín, y ahora el de su organización?

-Creemos que a ayudar a los demás a través de los principios de la dignidad, la educación y la justicia, para que luego vuelen solos, es la clave para que la gente salga adelante. Cuando Isabel Martín murió, hace tres años, mis padres sintieron la necesidad de seguir con su labor y llevar ese concepto de ayudar al empoderamiento de la mujer, a través de esos principios, a otros países del sur.

-¿Es ese el caso de Creative Handicrafts?

-En un par de años, la cooperativa de comercio justo va a ser sostenible por sí misma. Llevamos 30 años colaborando con ellos. Ha sacado a 800 mujeres y a sus familias de la calle. Ya hay una generación de chavales que han visto que sus madres tienen dignidad, que se les trata bien… que las mujeres tienen los mismos derechos y deberes que cualquiera, algo que transmitirán a sus hijos, y a los hijos de sus hijos.

-Pero Creative Handicrafts es más que una simple fábrica de textil, ¿no es así?

-Dentro de Creative Handicrafts, Isabel Martín creó un sistema de microcréditos para que estas mujeres pudieran conseguir un hogar. Además, hay escuelas para sus hijos. Muchos ya son licenciados, arquitectos… Niños y niñas por igual. Y ahora han abierto una nueva línea de negocio, Asli Foods, un servicio de cátering.

-¿Realizan proyectos en otras latitudes?

-Estamos varios puntos de la India, tenemos un proyecto en Maracaibo (Venezuela) y ahora estamos estudiando la posibilidad de emprender otros en la República Democrática del Congo y en Costa de Marfil. La idea es llevar nuestro concepto de cooperativas de comercio justo o, si no se puede, otros proyectos basados en la dignidad, la educación y la justicia a las mujeres que están en desigualdad en otros países del sur.

-¿Qué hacen en Venezuela?

-Colaboramos con un centro de acogida de refugiados que llegan de Colombia huyendo del conflicto. Ahí también hay una cooperativa de textil. Y un centro de promoción integral del niño donde se les dan clases de refuerzo educativo y nos aseguramos de que, al menos de lunes a viernes, comen. Hace poco vino de ahí una misionera, Janette, y nos contó que dos niños le dijeron que tenían hambre, pero cuando les respondió que era viernes y ya no quedaba nada, ellos lamentaron que hasta el lunes no iban a poder llevarse nada a la boca. Es muy duro.

-Con las restricciones a la intervención extranjera en Venezuela, no debe ser sencillo cooperar con este país.

-El problema de Venezuela es cómo hacer llegar el dinero. Es muy complicado, y solemos hacerlo a través de Janette cuando viene a España, o a través de amigos que viven en otros países. Ahora queremos producir jabón, pero no hay animales para obtener la grasa. Así que se nos ha ocurrido una idea. Si vas como una fundación de cooperación internacional al desarrollo te dicen que ellos no necesitan ayuda, que están estupendamente. Por eso queremos entrar por el lado de la sostenibilidad ambiental para, a través del reciclaje de ciertas materias, ayudar a esta gente. H

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