Las empresas de inserción están creadas por entidades sin ánimo de lucro con la finalidad de facilitar el acceso mercado laboral de personas en situación de exclusión. Para ello, les proporcionan un puesto de trabajo, formación y acompañamiento durante un periodo máximo de tres años.

Tras el proceso de transición, el objetivo es que esas personas, ya con formación específica y experiencia en su sector, puedan incorporarse al mercado laboral normalizado.

En sus veinte años de historia, más de 3.000 personas en situación o en riesgo de exclusión social han obtenido un empleo gracias a las empresas que forman parte de AREI.

Casi medio millar de las 3.000 personas procedentes de los servicios sociales que han trabajado en alguna de las sociedades de AREI se han incorporado al mercado laboral normalizado tras su periodo de transición.

Las 16 empresas aragonesas de inserción generan en la actualidad 300 puestos de trabajo.

AREI nació por la unión de media docena escasa de iniciativas pero, a día de hoy, el número de empresas de inserción se ha multiplicado en Aragón, hasta alcanzar las 16 que existen actualmente. Todas ellas forman parte de la organización. Solo en el último año se han incorporado cuatro empresas más.

Los datos económicos de las empresas de inserción demuestran que son sostenibles, ya que en el 2018 los generaron en Aragón unos ingresos de 7,2 millones de euros, de los cuales el 86,8%, es decir, 6,2 millones, procedían de la venta de productos y servicios.

Si atendemos al retorno social de la integración de los colectivos más vulnerables por las empresas de inserción, el beneficio social de la inserción (BSI) ascendió en el 2018 a 2,8 millones de euros. Esto supone que por cada euro que recibe una empresa de inserción en concepto de ayuda pública, se devuelve a la sociedad multiplicado por 2,70.