La lucha por la justicia, la igualdad y el derecho a la salud lleva a las personas a desarrollar una inquietud y a querer participar activamente en asociaciones que engloban todos esos problemas y que buscan ofrecer soluciones. En Medicusmundi se apuesta por el cambio social a partir de la participación y del compromiso social que se está dispuesto a asumir, que nace de dentro de cada cual. Por todo esto, es relevante destacar hoy, y todos los días, la importantísima labor del voluntariado, de todas esas personas que aportan su tiempo, dedicación y esfuerzo.

«Es importante que las personas hagamos cosas por las que no vamos a recibir retribución material, da igual pequeñas o grandes, pero hacer algo para contribuir. En ese sentido, me siento satisfecha sabiendo que aporto mi granito de arena y que estoy actuando acorde a mis creencias e inquietudes» reconoce Gloria, voluntaria en el equipo de cuentacuentos de Medicusmundi.

Las razones para dedicarse a una actividad altruista engloban varias historias diferentes. Marina, que colabora en el equipo de charlas en los institutos, es una de las jóvenes que consideró que el voluntariado le aportaría experiencia en su futura profesión. «Mi intención es ser profesora de Secundaria o Bachillerato, y estar hablando delante de una clase me ha servido de introducción a este mundo. Además, aunque los temas me resultaban familiares, he aprendido a reflexionar sobre ellos desde otras perspectivas» admite.

María del Mar, voluntaria en el equipo de títeres y de cuentacuentos, empezó a colaborar hace cuatro años en uno de equipos de voluntariado de Medicusmundi. Hoy colabora en dos de ellos y su labor es fundamental porque, además de participar en ambas actividades, ayuda a las nuevas incorporaciones a ensayar y a aprender las técnicas para el buen desarrollo de las acciones.

«Cuando dejé de trabajar para dedicarme a cuidar de mis hijos, empecé a colaborar en un grupo de teatro de madres aficionadas para los tres colegios del barrio. Ahí comprendí que se puede hacer con tu tiempo algo que te gusta y además ayudar» confiesa, María del Mar.

Por su parte, Alan llegó en diciembre del 2016 para realizar unas prácticas de monitor de tiempo libre con deseo de aprender a hacer actividades dirigidas a niñas y niños, y desde entonces su papel en la delegación aragonesa de Medicusmundi ha ido creciendo en importancia y responsabilidad en tres de sus equipos de voluntariado.

Alberto, a pesar de estar en tratamiento médico, no quiso abandonar la voluntad de seguir realizando aportaciones positivas y reconoce la conciencia que ha desarrollado gracias a la oenegé. «Me ha hecho darme cuenta de que nos quejamos de muchas cosas y realmente, cuando lo que te falla es la salud, necesitas ayuda y hay gente que se esfuerza por que esa salud llegue a todo el que tiene que llegar, a todo el mundo. Existen millones de personas que necesitan cosas tan elementales y básicas que yo he necesitado y tengo, pero da miedo pensar que no pueden tenerlas», explica.

Vanessa reconoce que se apuntó principalmente para concienciar sobre el reciclaje. «En los colegios, el tema del medioambiente es muy teórico y en nuestros talleres les enseñamos que no hay acción pequeña para ayudar. Verlos como se concentran, felices, aportando lo que pueden, hace que tenga esperanza en las nuevas generaciones» afirma.

En el caso de María, ella lo conoció por una amiga. «Por poco que ayudes, no solo estás creciendo como persona, sino que estás ayudando y haciendo ver a la gente que trabajando en común sí se puede hacer un mundo mejor. Las personas, generalmente, creemos saber demasiado, y hace falta ver la realidad para darse cuenta de que no es así».

Mujeres, hombres, estudiantes, profesionales, trabajadores, personas jubiladas… Se pueden encontrar personas con perfiles diferentes que deciden dedicarse a estas labores solidarias sin necesidad de tener una formación específica. Cualquier ciudadano o ciudadana puede aportar a la organización de forma diferente, en función de sus preferencias, de su formación y de su disponibilidad. Al fin y al cabo, todos persiguen el mismo fin: contribuir a un mundo más justo.

La clave reside en la educación, tanto al voluntariado como a las personas participantes, para que entiendan la relación entre lo local y lo global, que reflexionen sobre su papel en la sociedad y se comprometan en la lucha por la justicia social. Hay que dar a conocer otras realidades, visibilizar lo que está pasando y ofrecer alternativas.

Por eso, también la infancia adquiere un papel importante en la oenegé Medicusmundi, y se intenta contribuir a su educación a través de talleres de reciclaje, cuentacuentos o títeres. La empatía, el respeto hacia lo diferente, la interculturalidad y la igualdad se mezclan con las risas y los momentos divertidos para representar los valores de la asociación.

La juventud no es ajena a todo esto, sobre todo porque en la etapa de la adolescencia se encuentran en pleno desarrollo cognitivo, cuando comienzan a razonar y sobre todo a ser más conscientes de lo que sucede alrededor.

La solidaridad es entregar, pero también recibir, como destacan algunos integrantes del voluntariado de Medicusmundi. «Me ha servido más a mí que lo que yo haya podido aportar porque he podido desarrollarme como persona, mejorar mi autoestima y encontrar lo que me gusta. He conocido personas que me han cambiado la vida. He encontrado lo que quiero hacer con ella», argumenta Raquel.