El covid duplica el voluntariado en salud mental

Las consecuencias en la salud mental del covid-19 están siendo dramáticas, pero al mismo tiempo han despertado una corriente de solidaridad entre buena parte de la población. Así lo ha constatado la Asociación Aragonesa Pro Salud Mental (Asapme), que ha visto casi duplicar las solicitudes para colaborar con la entidad. Desde la oenegé se ha respondido a este aumento del interés con la creación del programa VoluntariaMENTE, que supone un cambio en el modelo de voluntariado.

VoluntariaMENTE nace como un grupo auto gestionado con capacidad de impulsar proyectos y actividades. Surge para repensar la figura del voluntariado, empoderándolo en la toma de decisiones y respaldando su importancia en la organización.

Fruto de este cambio de paradigma han surgido nuevas propuestas de actuación como salidas saludables, en los que el voluntariado no solo participa en el paseo, sino que lo que diseña y prepara la actividad. También se han puesto en marcha iniciativas como la participación en foros estatales sobre discapacidad, siendo el voluntariado un interlocutor esencial en las conversaciones con la Administración, adoptando el papel de representante de la entidad. Otros proyectos impulsados desde VoluntariaMENTE han sido acompañamientos personales o formación digital para personas vulnerables.

Un resultado más de este esfuerzo por relanzar el voluntariado en ASAPME ha sido la actividad Aventurada-MENTE. Se trata de un programa en colaboración con el Cuerpo Europeo de Solidaridad y el Instituto Nacional de Juventud (INJUVE), por el cual la asociación ha acogido durante un mes a cuatro jóvenes procedentes de Italia y Hungría.

El aislamiento de las personas con un problema de salud mental no es responsabilidad exclusiva de la sociedad, en ocasiones el propio colectivo o las personas que lo rodean contribuyen a generar esta situación. Por eso, desde Asapme se considera imprescindible la visión que aporta el voluntariado para producir un acercamiento de posiciones y propiciar la inclusión real, perspectiva que hasta ahora no se ha escuchado lo suficiente. Para ello, hay que darle voz en la estructura de la organización.