30 millones de platos vacíos

Se trata de una de las regiones del planeta que menos ha contribuido a acrecentar la crisis climática global, ya que en conjunto solo ha aportado el 0,1% de las emisiones de carbono mundiales. Y, sin embargo, es una de las que está sufriendo con mayor crudeza sus consecuencias.

En el este de África, países como Kenia, Etiopía y Somalia se enfrentan a uno de los episodios de sequía más severos en cuatro décadas, tras más de un lustro encadenando una temporada de lluvias fallida tras otra. Y, a su vez, en otras áreas de la región, como en determinadas zonas de Sudán del Sur, la aridez de la tierra es tan acentuada que impide al suelo absorber las lluvias torrenciales que caen periódicamente, provocando graves inundaciones.

Estos fenómenos meteorológicos extremos dificultan enormemente el acceso de la población a los alimentos. Y es precisamente a la lucha contra el hambre en África oriental la causa a la que irá destinada en esta ocasión la recaudación del Rastro de Juguetes a beneficio de Oxfam Intermón, cuya XXV edición se inaugura en Zaragoza este jueves, 7 de diciembre.

“El equipo de voluntariado del rastro decide cada año a qué crisis humanitaria dedicar los fondos recaudados. Esta vez se acordó destinarlos a los países de África del este donde, a pesar de la alarmante situación de inseguridad alimentaria, los programas nacionales de respuesta humanitaria carecen de fondos suficientes para responder a las necesidades existentes”, explica la aragonesa Pilar Oduña, responsable de Acción Humanitaria en Oxfam Intermón.

Razones no faltan. “En Kenia, Etiopia, Somalia y Sudan del Sur hay casi 30 millones de personas que no saben qué comerán mañana”, señala Orduña. Y es que los estragos de la peor sequía de las últimas décadas se ven agravados a su vez por otros factores como los conflictos armados, el desabastecimiento de productos agroalimentarios y los efectos de la inflación.

“En los últimos años –indica-, los precios de los alimentos básicos se han llegado a disparar, alcanzando máximos históricos. Una vez más, son las personas más pobres y en situación de mayor vulnerabilidad las que se ven más afectadas, especialmente las mujeres y las niñas, ya que asumen la mayor parte del trabajo de cuidados no remunerado, incluida la provisión de alimentos. Y, sin embargo, suelen ser las últimas en comer o las primeras en reducir la cantidad que sirven en sus platos”.

Las cifras de esta crisis resultan abrumadoras. En Somalia, por ejemplo, la mitad de su población, ocho millones de personas, sufre de inseguridad alimentaria. Uno de cada cinco niños podría morir de desnutrición si no se toman medidas urgentes, y un millón de personas ha abandonado forzosamente su hogar en busca de comida y agua. En un país donde el ganado es fuente primordial de ingresos y alimento, se estima que más de tres millones de cabezas han muerto.

Oxfam lleva décadas trabajando en la región, apoyando a las poblaciones más vulnerables y diseñando sus intervenciones junto a “las organizaciones locales con las que trabajamos en los países, para garantizar que responden a las necesidades específicas de cada contexto”, apunta Orduña. “Gracias al dinero recaudado a través del Rastro de Juguetes, podemos reforzar los programas humanitarios que tenemos en marcha en estos países, proporcionando respuesta a las necesidades más inmediatas de la población”, mediante la distribución de agua, ‘kits’ de higiene, alimentos, semillas, herramientas o incluso facilitando vacunación para el ganado.

Además de responder a las necesidades más urgentes, esta organización humanitaria internacional trabaja también en la recuperación de los medios de vida de las personas “para garantizar soluciones duraderas que permitan a las comunidades no solo sobrevivir, sino también prosperar”, afirma su responsable de Acción Humanitaria. Algunas de las actuaciones implementadas por Oxfam para que la población pueda afrontar las consecuencias de esta crisis pasan, por ejemplo, por la rehabilitación de pozos de agua, instalando bombas solares que permitan extraerla y canalizarla hasta los cultivos y las poblaciones.

También apuesta por los programas de formación. “Por ejemplo, en Somalia hemos puesto en marcha programas de apoyo a comunidades de pastores para que puedan reconvertirse en agricultores y que esa agricultura no sea solo de subsistencia, sino que les permita generar ingresos para complementar su economía, poder escolarizar a hijos y pagar sus gastos médicos”, detalla Orduña.

“Desde Oxfam Intermón, agradecemos enormemente la labor solidaria del equipo de voluntarios que, junto con el apoyo de Correos, el Ayuntamiento de Zaragoza, la Asociación de Vecinos del Barrio Oliver y Protección Civil, llevan impulsando desde hace 25 años esta iniciativa del Rastro de Juguetes. Gracias a su solidaridad y a la de la ciudadanía de Zaragoza, con los fondos recaudados de este año podremos apoyar en los países de África del este a más familias para que puedan construir un nuevo futuro”, concluye.

Una larga cadena de solidaridad

Cada año, desde hace 25, Oxfam Intermón pone en marcha una cadena de solidaridad en Zaragoza que arranca con las personas que donan sus juguetes, pasa por el voluntariado que los recicla y prepara, a través de las instituciones y colectivos que facilitan el proceso, y culmina en quienes optan por un consumo responsable en sus compras navideñas. Una vez más, después de varias semanas de intenso trabajo, todo está listo para que este jueves, día 7, abra sus puertas la XXV edición del Rastro de Juguetes a beneficio de esta oenegé.

En esta ocasión, repite ubicación en el Centro Cívico Manuel Vázquez Guardiola del barrio Oliver (calle Antonio Leyva, 87). El jueves abrirá de 17.00 a 20.30 horas. El viernes y el sábado, además de por la tarde, podrá visitarse también de 11.00 a 14.00 horas. Y el domingo, día 11, culminará esta edición en horario de mañana.

Quienes allí acudan encontrarán todo tipo de juguetes no bélicos, así como libros, películas y artículos deportivos. La recaudación irá destinada a la lucha contra la grave crisis alimentaria del este de África. Y aquellos juguetes que no se vendan serán donados a diferentes asociaciones y colectivos con proyectos sociales en Aragón.