“El voluntariado internacional te hace abrirte a nuevos valores”

La oenegé aragonesa Huauquipura lanza una nueva edición de su programa de voluntariado internacional

Las personas interesadas en viajar como voluntarias debe hacer una formación previa gratuita

El plazo para inscribirse en el curso, que se imparte en Zaragoza de febrero a mayo, finaliza el día 21

Cruz Félez, técnica de voluntariado en Huauquipura.

Cruz Félez, técnica de voluntariado en Huauquipura. / Jaime Galindo

M. G. C.

¿Qué papel juega el voluntariado en Huaquipura?

El voluntariado local es el que mantiene la vida de la asociación en Aragón. Realiza las actividades, va definiendo las líneas de actuación… Pero, además, tenemos un programa de voluntariado internacional financiado por el Gobierno de Aragón.

¿Cómo se accede al programa?

Es más que unas vacaciones solidarias. Requiere una formación previa en cooperación y otra específica en voluntariado, porque es bueno conocer a los participantes y que ellos nos conozcan, sobre todo la manera en que entendemos la cooperación y el voluntariado en terreno, así como a las organizaciones locales de América Latina y África con la que trabajamos. Después, facilitamos que estas personas desarrollen una experiencia de al menos un mes en alguna de las que tienen más experiencia y capacidad para recibirlos y acompañarlos. A su vuelta, también hay una acogida y un acompañamiento, y les pedimos que, de alguna forma, devuelvan parte de lo aprendido, haciendo alguna actividad de difusión, formación o sensibilización. De esa manera, el círculo se cierra.

¿Cuál es el objetivo de la formación?

Hay dos objetivos fundamentales. Uno es el conocimiento, sobre todo, del modelo de presencia que queremos hacer, desde el respeto y el aprendizaje mutuo. La gente tiene que saber que va a hacer voluntariado en un espacio que lleva trabajando años y, por lo tanto, tiene que adaptar su labor a las necesidades reales. Y, por otro lado, está la adquisición de herramientas prácticas y metodológicas para poder aportar una vez en terreno. La formación y la experiencia laboral son muy importantes, pero hay otro tipo de habilidades o saberes más sencillos que, en un momento dado, pueden ser también de gran utilidad. Al final, se trata de que sepan dónde van a estar y qué se van a encontrar, y que sepan que van a vivir un choque al ir, pero también al volver.

¿También a la vuelta?

Es algo que nadie espera cuando se marcha, pero ese choque es real. Aunque una persona esté una temporada corta, ha vivido en un entorno muy diferente al suyo, con una cultura y unas formas de vida muy distintas, con situaciones complicadas… Y eso hace que, cuando vuelve, de repente, se sienta extraña, y empiece a cuestionarse cosas que antes no se cuestionaba, desde sus gastos hasta a qué va a dedicar su vida. Además, regresa con muchas ganas de contarle a todo el mundo lo que ha vivido, y la familia y los amigos le escuchan un día o dos, pero luego se aburren, y entonces se siente sola e incomprendida. Pero esa situación se acompaña y se gestiona, pues la idea es que esto sea un proceso positivo y enriquecedor.

¿A quiénes se dirige el programa?

El único requisito es ser mayor de edad, pero el perfil más habitual es gente joven, que está estudiando o ha terminado, y se plantea qué hacer en ese momento. Aunque hemos tenido personas jubiladas, profesionales que hacen un paréntesis en su carrera para vivir una experiencia diferente e incluso alguna familia con sus hijos. Nos gusta que sea así, pues esta diversidad aporta un montón, enriquece la formación y ayuda a entender que en el voluntariado te vas a encontrar con gente de todas las edades y condiciones.

¿Qué deben hacer las personas interesadas?

Tenemos un formulario de inscripción en nuestra web y nuestras redes sociales, abierto hasta el 21 de febrero, que deben rellenar y enviar su currículum y una carta de motivación. La formación es presencial, en el Centro Joaquín Roncal de Zaragoza, y consiste en siete talleres muy dinámicos y participativos, que se imparten los sábados por la mañana, desde el 24 de febrero hasta el 25 de mayo. Se tocan temas que van desde la resolución de conflictos en contextos de diversidad cultural hasta el trabajo en equipo, desde el respeto y la tolerancia, pasando por la comunicación ética, herramientas para el voluntariado o nuestra visión de la cooperación. Y todo con un enfoque de género basado en los derechos humanos. Trabajamos también muchas metodologías, desde teatro foro hasta fotografía social, para que la gente pueda aportar cosas novedosas estando allá.

Si alguien no llega a viajar, ¿qué le habrá aportado la formación?

La formación es un requisito para hacer el voluntariado, pero no es obligatorio viajar. Normalmente solo viaja una parte de las personas que hacen el curso, pero los temas que abordamos pueden ser tan útiles en Ecuador como en España.

¿Qué aporta la estancia a quienes sí viajan?

Es algo muy personal y depende de tu nivel de implicación, pero te amplía la mirada del mundo en que vivimos. Conoces otro país, otra realidad y otras condiciones socioeconómicas, y eso te hace relativizar los valores que tenías, abrirte a otros nuevos y entender la diversidad como una riqueza. Comprendes lo difícil que es para algunas personas conseguir ciertas cosas y valoras los privilegios que tienes por haber nacido en un lugar determinado. E intentas aportar, en la medida que puedes, en tu día a día, a eliminar unas tremendas desigualdades que no suceden porque sí, sino porque se están haciendo las cosas de una manera concreta.

¿Cuáles son las fechas y destinos de los viajes?

La estancia mínima es de un mes, y la fecha la acuerdan la persona voluntaria y la organización que la recibe. Los destinos son la República Dominicana, Paraguay, Senegal. Siempre hemos viajado también a Ecuador, pero, desde el año pasado, las organizaciones locales nos han pedido que de momento no enviemos más voluntarios, por una cuestión de seguridad. Y, obviamente, no asumimos ningún riesgo innecesario, porque la idea es que sea una experiencia positiva para quien va y para quien le recibe.

¿Qué gastos debe asumir la persona voluntaria?

El curso es gratuito, pero los voluntarios deben pagar sus pasajes de avión y su seguro de viaje. Las organizaciones locales les ofrecen la posibilidad de alojamiento y comida, por la que deben pagar unos 200 euros al mes. Pero nosotros les ayudamos a gestionar las becas que ofrece el Instituto Aragonés de la Juventud para hacer voluntariado internacional, que pueden llegar hasta los 2.500 euros.