Una mirada a la comunicación ética
La Asociación Huauquipura destaca la importancia de cuidar la deontología en los procesos comunicativos de las oenegés para lograr un impacto real y duradero en los procesos de transformación social que impulsan su razón de ser
Cruz Felez / Pablo Solanas
En el camino hacia la transformación social que motiva a las oenegés de cooperación internacional, como Huauquipura, la manera de comunicarnos desempeña un papel fundamental. Para lograr un impacto real y duradero en esos procesos de cambio social y político, es esencial que nuestra comunicación refleje los valores éticos que defendemos.
Por ello, la Coordinadora de Organizaciones para el Desarrollo de España elaboró una guía sobre comunicación ética, tanto en nuestro trabajo en los países con los que cooperamos, como en el territorio donde nos ubicamos, incidiendo como entidades educadoras para una ciudadanía global. Esta guía busca responder a los dilemas que pueden surgir en las campañas de comunicación de las oenegés, al intentar ofrecer un mensaje inmediato, sencillo y que conmueva al receptor para conseguir su reacción a través de donaciones o voluntariado. Y nos ayuda a evitar los sentimientos de caridad ante a situaciones injustas, sin analizar sus causas y responsables, cuestionando la imagen del donante o cooperante como salvador frente a quienes reciben su ayuda de manera pasiva, que perpetúa los prejuicios que las oenegés buscan solventar.
Para saber si una comunicación es ética, podemos empezar por analizar cuestiones básicas, como si las imágenes y mensajes se ajustan al respeto por la dignidad de las personas, huyendo del sensacionalismo, o si contribuyen a mantener los estereotipos culturales, raciales o de género, o ponen a alguien en riesgo. También si reconocen el papel protagonista de las comunidades locales en su propio desarrollo, o convierten en héroes al personal de las oenegés.
Es importante transmitir transparencia, respeto y dignidad en todas nuestras acciones comunicativas, y para lograrlo, hay que dar protagonismo a las personas con las que trabajamos; que cuenten y analicen su propia historia, reconociendo su papel activo en los procesos de desarrollo que emprenden. También hay que mostrar las distintas voces de las comunidades con las que trabajamos, más allá de los líderes o autoridades, e informar del contexto en el que viven. Y siempre solicitando un consentimiento informado sobre el tratamiento que vamos a dar a las imágenes y la información.
Se requiere especial atención en las comunicaciones sobre grupos en situación de alta vulnerabilidad. En comunidades culturalmente diversas, hay que rehuir de estereotipos, prejuicios y simplificaciones acerca de otros países y culturas, que pueden llevarnos a naturalizar actitudes racistas y a cosificar o presentar como exóticas a esas personas.
En cuanto al enfoque de género, para que la comunicación sea respetuosa e inclusiva hay que dar espacio y reconocimiento a las voces, experiencias y puntos de vista de las mujeres como sujetos activos del desarrollo, evitando reproducir estereotipos y roles que perpetúen las desigualdades. También a las mujeres racializadas y a las personas con identidades no binarias.
Y, por último, la infancia debe ser especialmente protegida, tomando y usando sus imágenes solo cuando esté absolutamente justificado, mejor en grupo o en familia, en actitud activa y permitiendo que expresen libremente sus opiniones, evitando crear sensación de vulnerabilidad o sufrimiento falsa, respetando su dignidad y evitando ponerlos en peligro.
De esta manera, la comunicación ética reta a las oenegés a tomar la iniciativa de cambiar el enfoque, no solo al contar las distintas realidades del mundo a través de las voces de sus protagonistas, sino haciendo partícipes en la definición y realización de dichos procesos comunicativos a las personas que impulsan el cambio dentro de sus comunidades. E implica también motivar a las personas receptoras a participar en un proyecto de cooperación común, alejado de barreras sociales y culturales, que transforme los procesos jerárquicos hacia modelos más participativos.
Veracidad en tiempos de noticias falsas
Una comunicación ética nos permitirá a las oenegés de cooperación internacional fortalecer nuestros procesos, construir relaciones basadas en el respeto mutuo y contribuir al desarrollo sostenible, siempre que reconozcamos el protagonismo y la participación local activa, garanticemos el respeto por la dignidad, promoviendo la igualdad y la diversidad, visibilicemos las diferentes realidades, evitando estereotipos, asumamos nuestra responsabilidad con la seguridad de las personas y aseguremos un consentimiento informado.
Huauquipura ha elaborado un vídeo formativo, basado en estos conceptos, para lograr con nuestro voluntariado local e internacional una mejor transmisión del trabajo de las organizaciones locales con las que cooperamos, desde un acercamiento veraz a realidades complejas. Además, pretende dar difusión a la urgente necesidad de una mirada ética en la comunicación, también de los medios y la sociedad, en una época de noticias falsas que se difunden sin límites ni consecuencias.
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