José María Aznar y Mariano Rajoy protagonizaron ayer un choque soterrado sobre el estilo de campaña que desarrolla el PP para las elecciones del 14 de marzo. El episodio tuvo lugar ante unos 2.000 dirigentes del partido, en la clausura de la convención que los populares celebraron en Madrid para presentar el programa.

El presidente del Gobierno, que precedió al candidato a la Moncloa en el uso de la palabra, urgió al PP a presentarse a las elecciones "con mucha ambición" y "sin complejos", para lograr una mayoría absoluta más amplia que la del 2000.

"No me conformo el 14 de marzo con unos resultados aceptables. Quiero más mayoría. Quiero que tengamos los mejores resultados del PP en su historia", afirmó Aznar en un discurso cargado de virulentos ataques al PSOE, que hizo las delicias del público.

SIMIL FUTBOLERO El jefe del Ejecutivo recurrió a un símil futbolero para hacer esta reflexión: "Los partidos en que los equipos con ventaja salen a conservar la ventaja, acaban empatando. Y los partidos a los que salen a empatar, se acaban perdiendo".

Rajoy replicó que él conoce la misión que le ha sido encomendada y que "sabe" cómo ejecutarla: "Soy consciente de que no hay responsabilidad más importante que comparecer ante los ciudadanos y pedirles su confianza para dirigir el Gobierno de la nación. Soy consciente de que es una colosal responsabilidad, y también sé cómo lo tengo que hacer, cómo tengo que comparecer ante los ciudadanos y cómo tengo que pedirles la confianza para dirigir el Gobierno de la nación".

El candidato prometió dedicar todo su "trabajo, esfuerzo e inteligencia" para ganar la confianza de los ciudadanos el 14 de marzo. Y en un mensaje en clave partidista, subrayó que, si llega a la Moncloa, intentará contar "con los mejores, vengan de dónde vengan", y con representantes de "todas las generaciones".

El cruce de frases entre Aznar y Rajoy se produce seis días después de que el director de Gabinete de la Moncloa, Carlos Aragonés, reclamara en la ejecutiva del PP más dureza contra el PSOE. Esa intervención inusual de Aragonés destapó la existencia de diferencias sobre la campaña, que para algunos sectores del partido resulta muy moderada.

REPARTO DE PAPELES Un responsable de la campaña de Rajoy reconoció días atrás en privado sus diferencias de enfoque con Aragonés y defendió el estilo de Rajoy, si bien admitió que la presencia de Aznar en algunos mítines es "útil" para animar a los "más incondicionales", en un reparto de papeles ya previsto.

En sus discursos de ayer, Aznar y Rajoy siguieron por lo demás el guión de atacar al líder del PSOE, José Luis Rodríguez Zapatero, por "insolvente", acusándole de tener Irak como único discurso de campaña. El candidato popular manifestó que el "drama" de los socialistas es que carecen de programa político y "sólo" les queda "Irak y la crispación". Los adjetivos utilizados por Aznar fueron más contundentes, ya que tachó de "frívolos" y "ridículos" a los socialistas.