Al PP se le escurre la Xunta de Galicia entre los dedos como un cubito de hielo que se deshace y por eso recurre a "la campaña del miedo, a lo Bush", blandiendo "peligros externos" que nada tienen que ver con el sentir de los gallegos. Los socialistas de Emilio Pérez Touriño han llegado a esta conclusión encuestas en mano y tras comprobar la extrema dureza con la que Manuel Fraga ha inaugurado la campaña gallega.

En la noche del viernes, en su primer mitin electoral, el octogenario candidato del Partido Popular a la reelección como presidente del Ejecutivo autonómico lanzó un mensaje apocalíptico: una coalición de PSG-PSOE y BNG traería a "ETA entera a Galicia".

"Se empieza hablando de nacionalismo y se acaba como en el País Vasco", o creando organizaciones "como el Ejército Guerrillero Gallego", afirmó Fraga en su arranque electoral, en el que recordó que este grupo atentó hace años contra su chalé con una bomba.

No fue su única embestida dialéctica. En un encuentro con los jóvenes de su partido, Fraga lanzó también una enérgica apelación a evitar que el 19-J salgan victoriosos los que quieren destruir, según él, la familia. Por eso, les invitó a votar al PP para acabar con "determinadas leyes asquerosas", como la que permite el matrimonio homosexual o el divorcio en seis meses sin alegar causa.

"COMPLICE DE ASESINATOS" Las palabras de Fraga levantaron ayer una gran polvareda. La Federación Estatal de Lesbianas, Gays y Transexuales (FELGT) señaló que "lo único asqueroso es el currículo" del candidato popular, "cómplice de las torturas y asesinatos de la dictadura franquista". Además, pidió al presidente del PP, Mariano Rajoy, que desautorice a Fraga y pida disculpas al colectivo que representa.

INSULTOS En Madrid, el secretario de seguridad del Partido Popular, Ignacio Astarloa, se negó a opinar sobre los comentarios efectuados por Fraga, alegando que los desconocía. En cambio, arremetió contra los socialistas y el BNG por basar su campaña, dijo, en "insultos".