PESE A QUE PARA LOS GOBIERNOS ESPAÑOLES LATINOAMÉRICA SIEMPRE HA OCUPADO UN LUGAR PREFERENTE, LAS RELACIONES CON VENEZUELA HAN ESTADO MARCADAS POR MÚLTIPLES INCIDENTES, ESPECIALMENTE DESDE QUE GOBERNÓ AZNAR

APOYO A LA OPOSICIÓN José María Aznar y Hugo Chávez se esforzaron en mostrar cercanía al principio, hasta tal punto que el primero intervino en una sesión parlamentaria venezolana. Sin embargo, las relaciones se enrarecieron cuando Aznar mostró simpatías por el golpe que, en abril del 2002, apartó durante un par de días a Chávez del poder. Después Aznar le exhortó a alejarse de modelos políticos como el cubano, lo que enervó al mandatario venezolano.

LA LLEGADA DEL PSOE Con el triunfo socialista, las tensiones desaparecieron y Zapatero cerró en Caracas una venta de aviones y buques militares que Estados Unidos criticó. Finalmente la entrega de aviones se paralizó mientras las patrulleras estaban en construcción, porque George Bush alegó que llevaban componentes estadounidenses. No obstante, el clima empeoró cuando la prensa publicó que Chávez iba a nacionalizar a cuatro miembros de la banda terrorista ETA. Al final, España paralizó el acuerdo. Pero sin duda, el distanciamiento definitivo tuvo lugar tras la intervención del Rey en la Cumbre Iberoamericana.

LAS INVERSIONES Los intercambios comerciales entre ambos países son bastante más estables. La inversión española en Venezuela, a través de empresas como el Banco Santander, la petrolera Repsol o Telefónica, supera los 1.700 millones de euros, mientras España importa sobre todo petróleo.