Uno de los grandes interrogantes de la inminente vuelta al colegio es si habrá profesores de refuerzo, como sucedió el curso pasado. O mejor dicho, dónde y cuántos habrá. Si todos pueden, si todos quieren. Unos meses atrás se contrataron 40.000 profesionales para que las clases pudieran desdoblarse –al menos en Infantil y Primaria– y tener un menor número de alumnos en el aula. A las puertas del nuevo curso, sindicatos y familias piden volver a contratar a los docentes para garantizar tanto la seguridad sanitaria frente al covid como la calidad académica. Sin embargo, según el sindicato independiente de profesores ANPE, solo seis autonomías han anunciado que mantendrán ese refuerzo docente: Cataluña, País Vasco, Navarra, Comunidad Valenciana, Castilla y León y Castilla-La Mancha.

La ministra de Educación, Pilar Alegría, mantuvo en Madrid una reunión con todas las comunidades, a las que recordó las transferencias económicas «inéditas» que han recibido para combatir los efectos de la pandemia, a las que ahora sumarán 13.500 millones a repartir entre todas las comunidades.

Aragón, no obstante, no mantendrá las ratios del pasado curso, aunque tampoco volverá al punto de partida. El presidente Javier Lambán manifestó hace dos semanas estar «más preocupado por la bajada de alumnos que se matriculan» que por las propias ratios. «Tenemos 2.000 profesiones más que hace seis años, pero se han matriculado 500 alumnos menos. Con los mismos profesores gestionaremos cursos escolares con menos alumnos. Y no es en el medio rural, sino en la ciudad de Zaragoza», expuso.

La ministra aragonesa recordó los 2.000 millones que se transfirieron el año pasado y los 13.500 que se comenzarán a repartir (un 70%) en septiembre. Esta cantidad es general para la recuperación económica y hacer frente a la crisis provocada por la pandemia, pero tiene una prioridad: los servicios sociales y educativos. La contratación de profesionales de la enseñanza no es una imposición del ministerio (las competencias son autonómicas), sino una firme sugerencia que ya fue realizada en junio por la anterior titular de Educación, Isabel Celaá.

La contratación de docentes extra fue uno de los asuntos debatidos en la conferencia sectorial, en la que se trazaron las líneas generales del inicio de curso, que se desarrollará en mitad de la quinta ola y con dos grandes diferencias respecto al año pasado: la variante delta (mucho más contagiosa), la amplia vacunación de los profesores y la incipiente de los más adolescentes. Según Sanidad, el 61,7% de los jóvenes entre 12 y 19 años ya tiene, al menos, la primera dosis del suero.

El 61% de los jóvenes entre 12 y 17 años ha recibido la primera dosis

El 61% de los jóvenes que tienen entre 12 y 17 años tiene inoculada la primera dosis y el 26% ya ha recibido la pauta completa, un porcentaje que se prevé que supere el 50% al inicio del curso, por lo que se insiste a los padres en la importancia de la vacunación y se confía en que en septiembre aumenten las autocitas. «Insistimos en el mensaje a los padres de la importancia de iniciar el curso con la máxima seguridad. Queremos que en septiembre se incremente el porcentaje de personas que se citan», resaltó ayer el jefe del servicio de Prevención y Promoción de la Salud de Aragón, Luis Gascón.

El consejero de Educación del Gobierno de Aragón, Felipe Faci, presente en la reunión con Pilar Alegría, recordó que el curso anterior se había resuelto «con éxito pese a ser muy difícil» y quiso trasladar «la confianza» a la sociedad del sistema educativo aragonés, además de recordar la importancia de la vacunación, que en el caso de los profesores llega al 95%. La consejera de Sanidad, Sira Repollés, recordó que se han diferido las segundas dosis a septiembre por las vacaciones estivales y consideró, de cara al inicio del curso escolar, que el porcentaje «óptimo» de vacunación para los mayores de 12 años es del 60%.

Otra gran diferencia con el curso 2020-21 es que todas las etapas y niveles educativos no universitarias serán presenciales (el año pasado hubo clases online a partir de 3º de la ESO). «Máxima prudencia y máxima presencialidad», en palabras de la ministra Alegría, serán los denominadores comunes en las escuelas. Una gran diferencia con el ámbito universitario, donde el primer trimestre comenzará combinando el modelo presencial con el virtual en muchas facultades, que son autónomas en su gestión a pesar de la coordinación que ejerce el Ministerio de Universidades.

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No está claro todavía que los grupos burbuja puedan interactuar y mezclarse durante actividades al aire libre, ya sea en el recreo o en clases de deporte. A juicio de la ministra, cuanto más estanques sean las clases, mejor que mejor. De nuevo, la prudencia debe mandar. Flexibilizar y relajar los protocolos solo se contemplará en el caso de que la incidencia del covid mejore considerablemente y así lo aconsejen los técnicos de Sanidad.

Alegría agradeció la labor de toda la comunidad educativa durante el complicadísimo curso 2020-21, que fue un “éxito” a pesar de la adversidad. Aprender la lección del año pasado contribuirá a que los centros escolares sigan siendo una fortaleza frente al covid. En 2020-21 el número de aulas cerradas por brotes apenas alcanzó el 5%. "Los alumnos tienen derecho a la educación y a recibirla en entornos seguros", concluyó la ministra tras dejar claro que otros países renunciaron a la escolarización presencial el año pasado, con el perjuicio que conlleva para alumnos y familias.