Quim Torra volvió este martes al Parlament para conmemorar, en un acto diseñado a medida por la presidenta del Parlament, Laura Borràs, el primer aniversario de su destitución como presidente de la Generalitat. En un acto breve, justo antes del debate de política general y con la presencia vigilante del actual inquilino del Palau de la Generalitat, Pere Aragonès, Torra exigió “ a la mayoría social y parlamentaria independentista” que concrete “la vía en que se hará efectiva la independencia”.

Y a pesar de que tanto Torra como Borràs fueron, en agosto, los principales arietes de Junts contra la mesa de negociación, tanto uno como la otra, que cerró el acto, orillaron el debate. En medio, Aragonès reclamó “la unidad” estratégica y de acción del independentismo, y la “generosidad” de los distintos actores, para hacer frente a un Estado, y a su Gobierno, cuyos pasos, hasta el momento, “no son suficientes”, en referencia a los indultos.

'Cloacas' contra el independentismo

“El Estado no tiene ningún tipo de vergüenza por usar cualquier estrategia, también el uso de las ‘cloacas’ y el juego sucio, contra nosotros”, clamó Torra en referencia a la detención el pasado jueves de Carles Puigdemont en Cerdeña, “un último ejemplo”, coincidió con Aragonès, “de la causa general contra el independentismo emprendida” por el Estado, según definió el actual president.

“No me arrepiento de nada y lo volvería a hacer”, detalló Torra acerca de los episodios de las pancartas “en defensa de los derechos fundamentales” por las que fue inhabilitado, en un caso, y está pendiente de juicio, por la otra.

“No fue solo una pancarta”, aseveró después Borràs, “fue una defensa de la libertad de expresión”, sentenció. Para la presidenta del Parlament, Torra fue elegido “como el president de la restitución, después de que nos arrebataran el autogobierno con el vergonzante artículo 155, pero, finalmente, para nuestra vergüenza, fue el de la destitución”.

De la 'restitución' a la 'destitución'

Fue precisamente Borràs la que recibió en la puerta del Parlament a Torra. Aragonès llegó 10 minutos. En el interín, y mientras el republicano accedía al edificio, el expresident ya se había desplazado hasta el despacho de la presidenta de la Cámara y se hallaba sentado con los miembros independentistas de la mesa y el vicepresidente, Jordi Puigneró.