Apenas habían pasado 24 horas y el Gobierno se puso a silbar. Llegó la vicepresidenta primera y ministra de Economía, Nadia Calviño, a la cumbre del G-20 en Roma y los periodistas le pidieron concreción sobre el pacto cerrado con ERC a cambio de que no vetara los Presupuestos de 2022. Gabriel Rufián, el portavoz en el Congreso, anunció el viernes que su formación ha acordado con el Ejecutivo obligar a las plataformas digitales, como Netflix HBO, a cumplir una cuota de producción de contenidos en las lenguas cooficiales. Ese mandato se incluirá en la nueva ley general de comunicación audiovisual, que todavía no ha llegado al Consejo de Ministros. "Si esta ley se aprueba, será con el 'ok' de ERC (...) Habrá cuota y la negociaremos nosotros", subrayó Rufián. Sin embargo, este sábado Calviño, de cuyo ministerio depende la ley, se negó a confirmar que el Ejecutivo haya aceptado fijar un porcentaje.

La vicepresidenta se limitó a decir que el Gobierno desea cumplir un doble objetivo: "Impulsar la industria audiovisual presente en España y proteger la riqueza que se deriva de las lenguas cooficiales". Y para ello "se va a trabajar sobre los diversos instrumentos para ver cómo se puede articular de la mejor forma posible ese doble objetivo", añadió eludiendo dar una respuesta explícita a si atenderá las "cuotas" de producción que ha exigido ERC.

"El Hollywood de Europa"

El viernes, Rufián explicó que la negociación para no presentar enmienda a la totalidad de los Presupuestos dependió de alcanzar ese compromiso sobre la ley audiovisual. Y reconoció que Calviño no había sido la interlocutora. "No ha estado en esta negociación, cosa que puede ser buena, regular o mala", detalló. Fuentes del grupo parlamentario señalaron más tarde que las conversaciones, la misma mañana del viernes, las pilotó el ministro de Presidencia, Félix Bolaños.

Este debate con ERC llega en un momento en que el Gobierno ha hecho una apuesta para convertir España en "el Hollywood de Europa", como dijo Pedro Sánchez en su visita a Los Ángeles en julio, y mientras Junts mantiene la presión sobre los republicanos, a los que achacan que sus pactos solo dan "titulares" y nada concreto.