Crisis migratoria

El peligro de la ruta canaria de El Hierro: pateras a la deriva aparecen con inmigrantes momificados en Brasil

Un total de 6.007 personas murieron en 2023 intentando llegar a Canarias en pateras o cayucos

Cuando más al sur de África se sale, más hacia el oeste se navega y por eso se llega a las islas de La Gomera o El Hierro

Un grupo de migrantes llega en un cayuco a El Hierro.

Un grupo de migrantes llega en un cayuco a El Hierro. / EP

Natalia Vaquero

Cadáveres descompuestos, apilados y momificados por el sol y el salitre, que ocultan en la tragedia su edad, sexo y lugar de origen, pero todas las pistas halladas en las pateras y cayucos que han llegado a las costas de Brasil y el Caribe revelan que se trata de inmigrantes subsaharianos que perdieron la vida cuando intentaban llegar a las costas canarias. "Estamos peor que en 2006, cuando a Canarias llegaron 32.000 inmigrantes subsaharianos y marroquíes", revelan fuentes vinculadas al departamento de Extranjería de la Comisaría de Las Palmas antes de resaltar que sólo en 2023 llegaron al Archipiélago 40.000 inmigrantes. Otros muchos, se puede decir que miles, no lo lograron y perecieron engullidos por las aguas del Atlántico o en las maderas de una embarcación a la deriva. Una travesía de muerte y sueños perdidos que ansiaban llegar a El Hierro. Sólo en enero de este año se ha registrado la llegada a Canarias en pateras o cayucos con más de 6.000 personas.

El hallazgo de pateras con inmigrantes momificados no es algo que pase cada día, pero sólo en 2021, al menos siete embarcaciones del noroeste de África aparecieron en el Caribe y en Brasil. En una de ellas se encontró un pasaporte de Senegal. Estas 'barcas fantasma' y otras que desaparecieron son en parte una consecuencia de años de esfuerzos y miles de millones de euros gastados por Europa desde 2004 para frenar la migración irregular por el Mar Mediterráneo. Las mafias miraron entonces al Atlántico y desde hace años los planes de Frontex, la Agencia Europea de la Guardia de Fronteras y Costas, por evitar esta ruta con olor a muerte no han dado sus frutos.

La nueva ruta canaria de la inmigración pasa ahora por llegar a la isla de El Hierro, la más occidental del Archipiélago. "Las mafias salen cada vez más del sur de África, de Senegal o Mauritania, o el Golfo de Guinea, y el trayecto en línea recta les lleva entonces a El Hierro", añaden las mismas fuentes.

Si la patera va a la deriva y se desvía de El Hierro, los vientos Alisios y las corrientes consiguen llevar a un cayuco a Brasil o a cualquier costa del Caribe. "Ahí aparecen los inmigrantes momificados por el sol y la sal del océano", insisten, tras navegar sin rumbo fijo por el Atlántico.

Viaje desesperado

Es un viaje desesperado que nunca lleva a la anhelada mejor vida de los inmigrantes. De hecho un total de 6.007 personas murieron en 2023 intentando llegar a Canarias en pateras o cayucos, una media de 16 cada día, una cifra sin precedentes que triplica los registros del año anterior, cuando perecieron en la misma ruta 1.784 migrantes

Es el balance que hace el colectivo Caminando Fronteras en la nueva edición de su informe 'Monitoreo Derecho a la Vida', presentado en Madrid, que sitúa al 2023 como el año "más mortífero" desde que la organización recopila registros, en 2007, con 6.618 víctimas en las rutas marítimas con destino a España.

La inmigración irregular parece que comenzó hace ya casi 20 años cuando los cayucos llegaron a la provincia de Tenerife, pero no es así. Comenzó años antes. El malestar político entonces ante este fenómeno, que afecta también a Gran Canaria, Lanzarote y Fuerteventura desde hace décadas, no era tan patente como ahora, cuando las mafias han puesto sus ojos en las costas de las Islas occidentales.

Una de las razones de estas avalanchas de pateras y cayucos a las costas de la provincia tinerfeñas tiene mucho que ver con las rutas de navegación. Cuando más al sur se sale de África, más hacia el oeste se navega. Por lo tanto, al partir de Mauritania, el punto en línea recta más cercano a Canarias se encuentra en la isla de La Gomera y también en El Hierro, sin duda la ruta más peligrosa que existe. Pero los periplos de estas embarcaciones no suelen ser nunca en línea recta, sino que aprovechan para hacer alguna que otra parada en la costa africana antes de enfilar hacia el litoral canario. De paso, si pueden, cargan un poco más el cayuco para rentabilizar el viaje que puede seguro acabar en tragedia.

Pocos quieren quedarse en Canarias, ni en España. Es la puerta de llegada a Europa, a Francia, Bélgica o Alemania. Una puerta maldita que para muchos se cierra en el fondo abisal del Atlántico.