La presencia del virus se disipa, las restricciones se aminoran y las ciudades se despiertan. La situación sanitaria, más favorable que en los últimos meses, ha hecho que el ruido y el bullicio vuelva a las calles de Zaragoza, algo que se convierte en un problema cuando el jaleo se produce de noche, ya que impide descansar a los vecinos de las zonas afectadas. Y ahora, con la semana del Pilar a la vuelta de la esquina, el temor de los que no pueden descansar se incrementa.

No obstante, desde la asociación vecinal Stop Ruido aclaran que los Pilares no son el problema. «Se trata de una situación excepcional y entendemos que haya más jaleo, el problema es que llevamos ya varios fines de semana con fiestas y que tememos que, después del Pilar, también continuará. Solo si llueve descansamos, y eso no puede ser», lamenta Miguel Morte, miembro de la organización.

Según los datos captados por los sonómetros que tienen instalados en alguna de las zonas saturadas de la ciudad, en las últimas semanas y a partir de las 23.00 horas se están alcanzando picos de ruido de hasta 70 decibelios, cuando el límite legal es de 55. «Eso supone que la potencia del sonido se ha multiplicado por 15», explica Morte, dado que los decibelios son una unidad de medida que aumenta exponencialmente.

Los que sí que están preocupados por los actos que puedan acontecerse en la semana del Pilar son los habitantes de Valdespartera, y eso que este año no habrá ni Espacio Zity ni feria de la cerveza, solo un recinto orientado más al ocio familiar. «Vamos a estar vigilantes sobre todo por el ruido y para que se cumplan los horarios. Se supone que a los festivos y las vísperas a las 2.00 horas cierran todo y se tiene que ir todo el mundo, pero veremos», dice el presidente de la asociación de vecinos del barrio, Adolfo Lahoz.

Por ello, y para notificar posibles incidencias, la asociación ha habilitado un correo electrónico (asociaciondevaldespartera@gmail.com) para que los vecinos puedan mandar sus quejas y hacérselas llegar después al consistorio. Sobre posibles botellones, Lahoz es tajante: «no es que crea que vayan a suceder, es que estoy convencido. De hecho ya se producen macrobotellones en el barrio en varios puntos y a pesar de las quejas nadie ha hecho nada», lamenta.

El origen del problema

Y es que más allá de los Pilares el problema, aseguran desde Stop Ruido, ya no está solo en las zonas tradicionalmente afectadas por el ocio nocturno y los botellones, sino que el ruido «se está extendiendo por la ciudad y están surgiendo grandes manchas afectadas» por este fenómeno.

Así, en estos momentos, Stop Ruido tiene localizadas como zonas calientes la Magdalena; la zona de las calles Moncasi, la Paz y Bolonia; San Pablo; todas las plazas del centro, incluida Los Sitios; el Casco Histórico en su conjunto y en especial vías como San Jorge, calle Mayor, Espoz y Mina y, por supuesto, el Temple; el área entorno al campus San Francisco de la Universidad de Zaragoza; María Moliner; y el entorno de las calles Fita y Doctor Cerrada.

«Se están afiliando nuevos miembros que viven en zonas en las que antes no había problemas. Nos han llamado de hasta Villanueva de Gállego», asegura Morte.

Las causas de este fenómeno, aseguran desde Stop Ruidos, son varias y complejas pero no toda la culpa es del botellón. «Nos han empujado a este tipo de ocio nocturno y con alcohol de por medio y hay que canalizarlo. Es mentira además que la apertura de nuevos locales limita botellones porque da igual donde hayas comprado el alcohol, si en un super o en un bar. El problema es el exceso de alcohol», cuenta y explica que, una vez cierran las discotecas, en cuyas puertas suele haber mucho murmullo, la gente se queda por la calle «hasta altas horas» y entonces es cuando aparecen otros problemas como el vandalismo.

«Hay que buscar otras soluciones porque la Policía no puede hacer nada. Cuando acude a un sitio la gente se calma pero en cuanto se va la patrulla el ruido reaparece. Hay que prever la planificación urbanística zonas en las que poder abrir locales y lugares de ocio en total libertad y que no molesten a nadie», pide Morte. 

Las consecuencias si no se ataja el problema, explica, serán el abandono y la degradación de la ciudad, como ha ocurrido en la calle del Temple. «Eso es un polígono de ocio descontrolado en el centro de Zaragoza. La calle se ha vaciado porque los vecinos se han ido. Por eso ya no hay casi quejas. Los edificios están en mal estado y quedan calles muertas y muy difíciles de regenerar», lamenta.

CCOO denuncia la falta de efectivos en la Policía Local para controlar las noches

CCOO en el Ayuntamiento de Zaragoza ha desvelado el malestar que existe dentro del cuerpo de la Policía Local debido a la falta de efectivos. Denuncian que la plantilla y las unidades se sigan organizando como en tiempos de la Expo, cuando había 450 agentes más según este sindicato. Critican también que el alcalde, Jorge Azcón, no haya cumplido su promesa de incorporar a 300 policías más y eso se va a notar especialmente en los próximos días, cuando haya que incrementar la vigilancia para evitar botellones y desmadres en el ocio nocturno. «La insuficiente presencia de efectivos de Policía Local durante la noche y los fines de semana, resulta ineficaz para controlar los incumplimientos de las normas», lamentan en un comunicado desde el sindicato.