Dentro del aula

Alumnos del Instituto Confucio: "Estudio chino para tener más abiertas puertas en el futuro"

Martín y Alberto son dos jóvenes de 20 años que estudian en el Confucio desde hace un año

Fernando Chan es profesor en el centro de Zaragoza desde hace 7 años

Martín y Alberto, estudiantes en el Instituto Confucio.

Martín y Alberto, estudiantes en el Instituto Confucio. / Jaime Galindo

Judit Macarro

Judit Macarro

Martín Rey y Alberto Sanz son dos jóvenes de 20 años que decidieron empezar a estudiar chino en el Instituto Confucio hace un año. Todavía estan en el nivel básico de enseñanza (el HSK 1, parecido al b1 en otros idiomas), aunque su intención es llegar a dominar la lengua porque «me abrirá más puertas en el futuro», asegura Alberto. Ambos son compañeros del Grado de Informática, que estudian en la Universidad de Zaragoza, y confirman que «en una carrera como la nuestra China es un país con mucho trabajo».

Acuden a clase todos los martes de 18,30 horas a 20.00 horas, un horario que compaginan con sus clases en la universidad. «También hay talleres con actividades muy interesantes, aunque de momento no nos hemos atrevido con ninguna», afirma Martín.

Aseguran que al principio sentían «un poco de inseguridad y miedo», porque creían que no iban a poder seguir muy bien el ritmo. «Pensábamos que iba a ser más complicado, pero las clases son muy amenas y podemos seguir todo sin problema», señala Alberto. Por ello recomiendan a todo aquel que «tenga interés en esta cultura a apuntarse sin ninguna duda».

Hasta la fecha, ambos se ven en buen camino para la prueba del 15 de junio. «Creo que la superaremos sin problema, aunque si queremos podemos esperar a hacerla un poco más adelante», explica Martín.

La curiosidad de los niños

Fernando Chan es profesor en el centro zaragozano desde hace 7 años. Desde entonces, por sus alulas han pasado «muchas personas diferentes», aunque el asegura que con quienes más disfruta es con los más pequeños.

«Siempre preparo juegos para que se entretengan y disfruten aprendiendo el idioma, aunque no hay problema porque son los más curiosos», cuenta el profesor.

En la actualidad, Fernando calcula que imparte clases «más de 60 alumnos» y que los intereses son muy variados. «Tengo un estudiante que tiene varios negocios en el extranjero y que quiere saber chino para trabajar y otra mujer que tiene 70 años y que desde que vio los Juegos Olímpicos de Pekin se apasionó por toda la cultura», asegura.

Es por ese motivo por el que, a la hora de preparar sus clases, Fernando siempre tiene en cuenta las peticiones de sus alumnos. «Muchas veces son ellos mismos los que aparecen con algún tema que han visto y quieren aprender más de ello», apunta.

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