Un mundo al revés… Un mundo sin trata

La Fundación VIC trabaja con los sectores más desfavorecidos de la sociedad para la protección contra el abuso sexual, la violencia y explotación de menores

Instantánea de varias jóvenes durante un taller dinamizado por Fundación VIC.

Instantánea de varias jóvenes durante un taller dinamizado por Fundación VIC. / Servicio especial

Teo Corral

“Érase una vez un lobito bueno, una bruja hermosa y un pirata honrado… todas estas cosas había una vez cuando yo soñaba un mundo al revés”, así decía la famosa canción de Paco Ibáñez de hace años. ¿Y si inventáramos una canción en la que habláramos del problema de la trata en un mundo al revés? ¿Qué cantaríamos?

Diríamos que las niñas del Norte de Togo van a la escuela y que, por eso, cuando algún buscador de personas, sin escrúpulos, fuera a sus pueblos prometiendo llevarlas a la capital para estudiar, ellas y sus familiares se reirían de la oferta y volverían felices a sus casas.

Cantaríamos que los padres y madres de estas niñas nunca más volverían a recibir ridículas cantidades de dinero a cambio de dejar a sus hijas ir a trabajar en casa de una parienta que de hecho no lo es. La persona intermediaria que intentara llevarlas a trabajar en casa de una patrona o patrón sin escrúpulos, también, esta vez, se quedaría con las ganas y sin negocio: los padres y madres de estas niñas conocen lo que les esperaría y no las dejarían marchar.

Diríamos que la clase política de los países implicados en el tráfico de personas y en la trata se volvería imaginativamente loca, inventivamente creadora para terminar con la pobreza, por eso ninguna niña más sería víctima de trata con fines de explotación laboral y sexual. Las niñas jugarían, cantarían, soñarían, correrían como criaturas nacidas en un país que respeta los derechos de todas las personas y en especial de las mujeres. En ese país, quien practica la trata, no quedaría impune.

Cantaríamos que el Centro Kekeli, de las HH Carmelitas de la Caridad Vedruna en Lomé (Togo) que acoge a niñas víctimas de trata, no tendría que estar buscando con apuros, financiaciones exteriores para acompañar dignamente a estas niñas, y ofrecerles apoyo sicológico, jurídico, médico, educativo, sanitario, alimenticio. En este mundo al revés les sobraría el dinero para que todas las niñas asistidas fueran a la escuela o a formaciones profesionales y hasta para poner en marcha pequeños negocios que les devolvieran la independencia y la capacidad de decidir sobre lo que ellas quieren vivir.

Diríamos que en ese mundo al revés todas las niñas que han pasado por el Centro Kekeli se convertirían en supervivientes de una situación que tendría que haber acabado con ellas, pero que las hizo más fuertes y resistentes. Por eso se unen en redes para apoyar a otras niñas y denunciar a quienes practican el infame negocio de la trata.

Mientras este mundo al revés se va haciendo realidad, conocer más a fondo el fenómeno global de la trata es fundamental y una manera de hacerlo posible, por eso, os dejamos un enlace en el que desde Togo nos cuentan sobre esta realidad: https://vedruna.org/gabrielle-muntukwaku-necesitamos-una-concienciacion-masiva-para-acabar-con-el-sistema-de-redes-de-trata/