1. Las guerras nunca tienen sentido en sí mismas. No me siento capaz de responder, sólo puedo compartir que en ocasiones me asusta tanto el que me amenaza como el que, dicen, me protege. La cultura del miedo no construye sociedades sólidas y democráticas.

2. Los gobiernos de las naciones deben ser representantes de la voluntad de los ciudadanos que en ellas habitan. Sería necesario un debate abierto de todas las fuerzas políticas, pues la democracia también es el respeto a las minorías.

3.Con la Europa que aboga por la paz, que se siente capaz de tender puentes a aquellos países que necesitan apoyo en su desarrollo, que respeta los derechos humanos.

4. Nuestro compromiso por la paz ha de demostrarse en todas las facetas de la vida, el trabajo, la familia. Manifestarse constituye, pues, una manera más de compromiso.