EEUU está dispuesto a emplear todo su poderío militar para aplastar la resistencia a la ocupación de Irak, que en sólo dos semanas ha costado la vida a 87 soldados estadounidenses. "He dado la orden a nuestros jefes militares para que se preparen a emplear una fuerza decisiva para mantener el orden y proteger a nuestras tropas", advirtió Bush en la madrugada de ayer, durante la rueda de prensa en la que justificó, ante una país cada vez más escéptico, el alto coste de la ocupación militar en fondos públicos y vidas humanas.

OTRO VIETNAM "No permitiremos que el caos y la violencia se extiendan", subrayó Bush al transmitir a los estadounidenses su firme decisión de "rematar la faena". En tono desafiante, el presidente rechazó cualquier comparación de que Irak es el nuevo Vietnam de Estados Unidos: "Este paralelismo es falso". El inquilino de la Casa Blanca añadió que, "si hacen falta más tropas, las enviaremos; si hacen falta más recursos, los proporcionaremos", para ilustrar su decisión de seguir en Irak, cueste lo que cueste.

Aunque no dijo cuántas tropas adicionales está dispuesto a enviar, el general John Abizaid, comandante en jefe las fuerzas de EEUU en Irak, dio a entender recientemente que serían unos 10.000 soldados, cifra que algunos analistas consideran insuficiente para contener la rebelión. Además, otros 10.000 soldados que debían regresar próximamente verán prolongada su misión en al menos tres meses.

Con el fin de atraer soldados de otros países para aliviar la carga de EEUU en Irak, Bush volvió su mirada hacia la ONU y aseguró que quiere "conseguir otra resolución del Consejo de Seguridad que ayude a otros países a participar". Washington también desea que la resolución permita la permanencia de las tropas españolas en Irak, que serán repatriadas si la ONU no se hace cargo de la transición en el país árabe.

Después de ser despreciada e infravalorada por Bush, la ONU se ha convertido en un organismo esencial para los planes de la Casa Blanca. Su enviado especial en Irak, el argelino Lajdar Brahimi, debe determinar "la forma exacta del Gobierno que reciba la soberanía en junio".

LA REELECCION Pero la ocupación militar de Irak continuará tras el traspaso de poderes, y Bush recalcó que las tropas seguirán allí "el tiempo que sea necesario", ya que "los iraquís nos necesitan allí". Bush admitió que sus posibilidades de reelección dependen de la evolución de la crisis iraquí, pero no se dejó amilanar: "No voy a perder mi cargo, porque diré a los estadounidenses que tengo un plan para ganar la guerra al terror y creo que me apoyarán". El centro de la guerra contra el terror es ahora Irak, dijo el presidente, ya que es "el lugar en el que los enemigos del mundo civilizado están poniendo a prueba la firmeza" del mundo.

El presidente Bush reiteró que "no hay que rendirse", porque "el terrorista que captura rehenes o pone bombas en una carretera cerca de Bagdad está sirviendo a la misma ideología asesina que mata a inocentes en Madrid", concluyó.