Para no colaborar en la "instrumentalización" de la resistencia francesa contra los nazis, parte de los profesores --una minoría, según el Ministerio de Educación-- se negaron ayer a leer en los institutos la carta con que Guy M“quet, un joven comunista de 17 años fusilado en 1941, se despidió de sus padres. La misiva fue leída el 16 de mayo en la toma de posesión como presidente de Nicolas Sarkozy, quien ordenó que el acto se repitiera cada año el 22 de octubre, aniversario del fusilamiento, en todos los institutos de Francia.

Desde que Sarkozy tuvo la idea, se desató una polémica que no ha hecho más que crecer hasta ayer mismo. Numerosos profesores expresaron en cartas a los periódicos y en declaraciones públicas su intención de no cumplir la instrucción presidencial. La oposición aumentó cuando el seleccionador de rugbi, Bernard Laporte, un amigo de Sarkozy que ayer fue nombrado secretario de Estado de Deportes, hizo leer la carta en el vestuario poco antes de que los jugadores franceses salieran a disputar frente a Argentina el partido inaugural del Mundial.

En la jornada de ayer, la lectura de la carta se hizo de muy diversas formas: en las clases, en el patio, sola o acompañada de comentarios de antiguos resistentes o de especialistas, que recordaron el contexto en el que fue escrita. "Voy a morir", dice Guy en el texto, dirigido a sus padres y a su hermano menor. "Sin duda, habría querido vivir. Pero lo que deseo con todo mi corazón es que mi muerte sirva para alguna cosa", escribe el adolescente en un texto desgarrador, en el que acaba pidiendo "ánimos" a su familia.

En la polémica han intervenido hasta los psiquiatras para advertir de que esas frases sacadas de su contexto podrían incitar a los jóvenes frágiles al suicidio. Pero las verdaderas razones de la oposición son la "instrumentalización" o la "revisión de la historia" y la "apropiación política" denunciadas por el principal sindicato de la segunda enseñanza, el Snes, y por los partidos socialista y comunista.

Sarkozy, que debía acudir al instituto Carnot, donde estudió M“quet y donde 25 profesores iban a entregar una carta de protesta, se excusó por problemas de agenda. Sí que participaron en el homenaje el primer ministro y varios miembros del Gobierno, entre ellos el titular de Educación, Xavier Darcos. La semana pasada, el portavoz de Sarkozy recordó que la lectura era obligatoria, pero Darcos matizó que los rebeldes no serían sancionados.