Los británicos trataban ayer de comprender el impacto que tendrá en sus vidas el plan de austeridad anunciado por el ministro de Finanzas, George Osborne. En la Cámara de los Comunes, Osborne confirmó los drásticos recortes de gastos ministeriales y sociales, que destruirán, según reconoció, 490.000 empleos en el sector público durante los próximos cuatro años, es decir, afectarán a 1 de cada 10 funcionarios. Se trata de una pérdida "inevitable cuando el Gobierno no tiene dinero", señaló el ministro, de 38 años, millonario de familia, quien también anunció la reducción de 7.000 millones de libras (8.000 millones de euros) en ayudas sociales.

Los analistas económicos estiman que otro medio millón de puestos de trabajo en el sector privado desaparecerán como consecuencia de las reducciones presupuestarias. El recorte de 83.000 millones de libras (95.000 millones de euros) del gasto público mermará en un 18% de media los presupuestos ministeriales. El reparto, sin embargo, es desigual y en algunos casos el tijeretazo resulta brutal.

Entre los peor parados están los ayuntamientos y gobiernos locales, castigados con una reducción del 30%. Muy duros son también los recortes en Interior, Justicia y Asuntos Exteriores, que contarán con un 24% menos de recursos. Todos los servicios de estos departamentos se verán afectados: policía, prisiones e incluso la lucha antiterrorista.

El presupuesto de Transportes menguará un 21%, y el de Energía, un 20%. La situación será crítica en el Ministerio de Cultura, Medios de Comunicación y Deportes. La supresión de un 24% de su presupuesto y del 41% de los gastos administrativos llevó ayer a algún comentarista a sugerir que lo mejor sería cerrar directamente el departamento. Cientos de compañías artísticas perderán irremediablemente las subvenciones, aunque se mantiene la gratuidad de los museos.

LOS JJOO SE SALVAN La BBC, la radiotelevisión pública, será otra de las víctimas al ver reducidos sus fondos en un 16% durante los próximos seis años. El plan del Gobierno no afectará, sin embargo, según precisó Osborne, a los presupuestos de los Juegos Olímpicos de Londres, cuyo montante se ha cuadruplicado con respecto a la estimación inicial.

La sanidad pública (NHS), la ayuda exterior y las escuelas en Inglaterra fueron los departamentos mejor parados en la revisión, aunque sí subirá el coste de la enseñanza universitaria. En la sanidad no habrá teóricamente recortes, pero el crecimiento anual del 0,1% que le ha sido asignado está muy por debajo del 3% que necesita para mantener los mínimos actuales.

LA OPOSICIÓN "Hoy es el día en que Gran Bretaña empieza a alejarse del borde del abismo", dijo Osborne, tratando de convencer a los británicos que el sacrificio es inevitable. La oposición laborista condenó una estrategia que, a su juicio, pone en peligro la recuperación económica del país. Esa es la teoría también de algunos analistas, que temen la recaída en la recesión. Otros entienden que los recortes draconianos son la única solución viable.

Brendan Barber, secretario general de la Unión Nacional de Sindicatos (TUC) alertó del "terrible impacto en comunidades, negocios y familias bajo gran presión". Richard Lambert, el director general de CBI, la organización que agrupa a la gran patronal, consideró, en cambio, que Osborne "ha tomado la dirección estratégica adecuada".

El Gobierno combinará los recortes con una subida de impuestos de 30.000 millones de libras, prometiendo eliminar así para el 2015 el déficit público, que en estos momentos equivale a casi el 11% del Producto Interior Bruto. Osborne también confirmó que la edad de jubilación para hombres y mujeres será a los 66 años en el 2020. Actualmente esa edad es de 65 años para los hombres y de 60 para las mujeres. El ministro también anunció un nuevo impuesto aplicado a los bancos, cuyos detalles explicará hoy.