El Partido Laborista no contempla la celebración de un referendo sobre la permanencia del Reino Unido en Europa a menos que Bruselas reclame más trasferencia de poderes. Una petición de transferencia es altamente improbable, por ser en la zona euro, de la que los británicos no forman parte, donde muy probablemente se llevará a cabo la futura integración política y económica. El líder laborista, Ed Miliband, con esta fórmula de compromiso, ha aclarado la posición de su futuro gobierno, si logra ganar las elecciones generales del próximo año. Miliband se distancia ostensiblemente de David Cameron, quien presionado por los euroescépticos, se ha comprometido a celebrar un referendo en el 2017, de continuar siendo primer ministro.

"Necesitamos estar dentro de la Unión Europea, no fuera", ha señalado el jefe de los laboristas durante una intervención en Londres. La patronal ha respondido con alivio al anuncio de Miliband. "Convocar un referendo es asunto que deben decidir los políticos. El mundo de los negocios cree, sin embargo, que el futuro de las inversiones, el crecimiento y los puestos de trabajo dependen de que el Reino Unido sea parte de una Unión Europea", ha indicado el jefe de la Confederación de la Industria Británica.

Miliband ha acusado a los conservadores de tener una "obsesión dañina", con Europa y a Cameron de "estar arrastrando al Reino Unido hacia la puerta de salida" de la Unión Europea. El jefe de la oposición considera necesarias una serie de reformas dentro de la UE, pero cree que pueden lograrse sin necesidad de un nuevo tratado, tal y como reclama Cameron. Miliband sospecha que a los electores les preocupa mucho más la marcha de economía que la cuestión europea y espera que su estrategia contribuye a una victoria en las próximas elecciones.