La propagación de las nuevas variantes de covid-19, entre un 50 y un 70% más contagiosas, y la preocupación por una tercera oleada ha llevado a la Comisión Europea a dar una vuelta de tuerca más a las restricciones de viaje con el objetivo de establecer una nueva barrera de contención. Bruselas recomienda a todos los gobiernos de la Unión Europea que exijan a los viajeros procedentes de las zonas de alto riesgo -aquellas con una incidencia del virus superior a los 500 casos por 100.000 habitantes en los últimos 14 días- una prueba PCR negativa previa así como una cuarentena obligatoria posterior.

Las nuevas zonas de alto riesgo aparecerán en color “rojo oscuro” en el mapa semanal de colores -con zonas rojas, naranjas y verdes- que publica el Centro Europeo de Control y Prevención de Enfermedades (ECDC) en función de la incidencia del virus. Teniendo en cuenta la situación actual, las únicas comunidades autónomas españolas que quedarían fuera de esta zona de máxima alerta serían Galicia, Asturias, Cantabria, País vasco, Navarra y Canarias. El resto de regiones españolas superarían el umbral de riesgo, lo mismo que Irlanda, República checa, los países bálticos, la mitad de Países Bajos y Suecia así como zonas de Alemania, Francia, Italia y Polonia.

El objetivo de las restricciones, que ahora tendrán que debatir y acordar los Veintisiete, es impedir el cierre total de las fronteras internas de la UE, tal y como ocurrió en marzo pasado, y que el mercado interior siga funcionando con normalidad. De ahí la sugerencia de desincentivar y desaconsejar lo máximo posible los viajes no esenciales -tal y como ha decidido aplicar Bélgica hasta el 1 de marzo- hasta que la situación epidemiológica no mejore, algo que ya hicieron los jefes de estado y de gobierno de la UE en su teleconferencia de la semana pasada y el ECDC.

Algunas excepciones

Bruselas aboga por aplicar ciertas excepciones a aquellas personas que vivan en regiones transfronterizas por motivos laborales o familiares. Si necesitaran cruzar frecuentemente la frontera no tendrían que seguir cuarentena y la frecuencia de los test debería ser “proporcionada”. Además, si la situación epidemiológica es similar a ambos lados, no debería exigirse tampoco una prueba PCR.

El plan también reclama a los gobiernos que hagan todo lo posible para evitar disrupciones esenciales, especialmente en el transporte de mercancías, mientras que recomienda que los transportistas queden exentos de realizar la prueba y la cuarentena porque “cuando viajan su exposición a la población general es limitada”. Otros trabajadores no esenciales como el personal sanitario, sin embargo, si tendrán que someterse a estos requisitos debido al mayor riesgo.

Además de los test y cuarentenas, el plan también recomienda adoptar otras medidas para frenar la propagación, especialmente en las zonas “rojo oscuro”, como el cierre de determinados negocios, así como el refuerzo de la estrategia de test y rastreo o la secuenciación genómica del virus

Viajes internacionales

Junto a los movimientos internos, Bruselas también ha actualizado los requisitos para aquellos viajes esenciales internacionales con destino Europa. La Comisión recomienda a los Veintisiete exigir a los no residentes o ciudadanos de terceros países una prueba PCR obligatoria 72 horas antes de la salida como máximo y una cuarentena posterior de hasta 14 días, siempre que el país imponga los mismos requisitos a sus nacionales cuando viajen desde ese país tercero.

“La situación en Europa con las nuevas variantes nos ha llevado a tomar decisiones difíciles pero necesarias. Necesitamos mantenernos seguros y desalentar los viajes no esenciales”, ha justificado la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen. “La primera recomendación es no viajar”, ha insistido también la comisaria de interior, Ylva Johansson.