Las fuerzas militares de EEUU ejecutaron este viernes un ataque con drones contra un objetivo del Estado Islámico (EI) en Afganistán, un día después del atentado suicida contra el aeropuerto de Kabul que causó decenas de muertos, entre ellos 13 soldados estadounidenses.

El portavoz del Comando Central de EEUU (CENTCOM), capitán Bill Urban, informó en un comunicado que la acción tuvo lugar en la provincia de Nangarhar, en el este del país centroasiático. El ataque estaba dirigido contra un miembro del Estado Islámico de Khorasán que, según Estados Unidos, planeaba las actividades del grupo, sin precisar de inmediato si se trataba del cerebro del atentado del jueves. "Los primeros indicios son que matamos al objetivo. No sabemos de víctimas civiles", señaló Urban, citado por medios locales.

El Estado Islámico de Khorasán -también conocido como ISIS-K-, es la rama afgana del EI y reivindicó la acción del jueves contra el aeródromo de la capital afgana. El Pentágono informó este viernes de que el aeropuerto de Kabul fue blanco del ataque de un suicida y no de dos, como inicialmente se había informado.

En el atentado, 170 personas perdieron la vida y otras 150 resultaron heridas, indicaron a EFE en Kabul fuentes próximas a los talibanes; mientras el Pentágono ha informado de la muerte de 13 soldados estadounidenses y de 18 heridos.

El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, prometió el jueves venganza contra los autores del ataque, a quienes aseguró que los perseguiría y les haría pagar por los atentados.

Estados Unidos permanecía este viernes en máxima alerta debido a que posee información sobre "amenazas creíbles" contra sus tropas en Afganistán, aunque seguirá adelante con sus planes para culminar la evacuación y la retirada de sus soldados de ese país para el 31 de agosto.

Washington ya ha evacuado a 109.200 personas desde el 14 de agosto, un día antes de que los talibanes tomaran Kabul después de hacerse con el control de casi todas las provincias afganas, según un funcionario de la Casa Blanca. El funcionario confirmó que en esta jornada habían sido evacuadas 4.200 personas desde la capital afgana.

Última base destruida

Por otra parte, el Ejército estadounidense ha destruido Eagle Base (Base Águila), el último centro de operaciones avanzadas de la Agencia Central de Inteligencia (CIA) en Afganistán, en lo que se trata de los últimos coletazos de la salida definitiva de las fuerzas del país norteamericano que culminará dentro de tres días.

La detonación controlada de la base, próxima al aeropuerto de la capital afgana, Kabul, ocurrió el jueves, poco después del atentado perpetrado allí por Estado Islámico - Provincia de Jorasán que costó las vidas de 170 personas, entre ellas 13 militares estadounidenses, aunque las fuentes del diario 'The New York Times' han querido puntualizar que la voladura estaba programada de antemano y no guarda relación con el ataque.

La operación fue realizada para impedir que la información que albergaba esta antigua fábrica de ladrillos, después centro de entrenamiento de la Inteligencia antiterrorista afgana, no cayera en manos de los talibanes, que reconquistaron el país el pasado 15 de febrero.

Estas fuerzas antiterroristas fueron las únicas que combatieron a los talibán durante la fulgurante ofensiva insurgente que les llevó a recuperar el país en cuestión de días. "Eran excepcionales, el principal instrumento del Gobierno afgano para contener a los talibán durante estos últimos 20 años y padecieron muchísimas bajas durante esos días", lamenta al diario el exoficial de la CIA Mick Mulroy.

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El complejo era casi desconocido para los afganos y estaba rodeado de extremas medidas de seguridad, con muros de siete metros y una pesada puerta de metal blindado. Allí se tiene constancia de un asesinato extrajudicial, el de un prisionero identificado como Gul Ramán, que murió de frío después de que un oficial le quitara la ropa.

Una junta disciplinaria de la CIA dictaminó la apertura de un expediente pero la decisión fue finalmente anulada.