Viaje polémico

La extrema derecha crispa la visita de Lula al Parlamento de Portugal

El presidente de Brasil participa en una encendida sesión en la Cámara lusa antes de desplazarse a España este mismo martes

Una protesta en Lisboa contra la visita de Lula da Silva a  a Portugal.

Una protesta en Lisboa contra la visita de Lula da Silva a a Portugal. / Reuters

Lucas Font

La tensión por la visita a Portugal del presidente de BrasilLula da Silva, ha alcanzado su punto álgido este martes durante su discurso en el Parlamento, en el día del aniversario de la Revolución de los Claveles. Poco después de comenzar su intervención, los diputados del partido de extrema derecha Chega, que han accedido al hemiciclo minutos después de la entrada del mandatario brasileño, han mostrado banderas ucranianas y pancartas acusándolo de corrupto y han golpeado la bancada en señal de protesta por su presencia en una fecha tan señalada para los portugueses.

El presidente del Parlamento, el socialista Augusto Santos Silva, ha intervenido poco después para reprender a los diputados ultras. "Basta de insultos, basta de degradar las instituciones, basta de avergonzar a Portugal", ha dicho Santos Silva, visiblemente irritado. No es la primera vez que el presidente de la Cámara se enfrenta a la extrema derecha, la tercera fuerza política en el hemiciclo con 12 diputados. "Pido disculpas en nombre del Parlamento portugués por el incidente y agradezco su coraje y educación", ha añadido tras el discurso de Lula da Silva.

El presidente de Brasil ha evitado confrontar directamente con los diputados ultras durante su intervención y se ha limitado a criticar las actitudes autoritarias: "Viva la libertad, viva la democracia, y no al fascismo", ha espetado para cerrar su discurso. A su salida del hemiciclo, Lula da Silva ha asegurado estar acostumbrado a este tipo de protestas pero ha lanzado un dardo a la extrema derecha: "Cuando no tienen nada que hacer, hacen estas escenas de ridículo. No sé cómo van a mirar a sus hijos y a sus padres cuando lleguen a casa".

Protestas por la visita

La visita del mandatario brasileño durante las celebraciones por el 49 aniversario de la Revolución de los Claveles ha estado marcada por la polémica desde que fue anunciada. Tanto Chega como el partido Iniciativa Liberal --la cuarta fuerza en el Parlamento-- mostraron su desacuerdo por la presencia de Lula da Silva en la sesión solemne en la Cámara, algo que obligó a excluir su discurso de los actos conmemorativos por el fin de la dictadura, que se han celebrado más tarde. Las polémicas palabras de Lula da Silva poco antes de la visita, en las que criticó el suministro de armas a Ucrania por parte de la Unión Europea y de Estados Unidos, añadieron más leña al fuego.

A pesar de las críticas, el líder brasileño se ha mostrado contundente en su condena a la invasión rusa. "La Revolución de los Claveles nos muestra que una política militar que se enfrenta a un pueblo que lucha por la libertad no podrá vencer. Ninguna solución será duradera si no se basa en el diálogo y en la negociación política. Condenamos la violación de la integridad territorial en Ucrania", ha asegurado Lula da Silva, quien ha destacado los lazos que unen a Brasil y a Portugal en la defensa de los valores democráticos.

Mientras la tensión aumentaba en el interior del hemiciclo, en el exterior cientos de partidarios y detractores de Lula da Silva se han concentrado en dos manifestaciones separadas por las fuerzas de seguridad. A pesar de la preocupación inicial, los dos grupos no se han encontrado y no se han producido enfrentamientos violentos. La tensión entre defensores y detractores del mandatario, sin embargo, está lejos de apagarse en Portugal, donde residen cerca de 300.000 brasileños, la comunidad extranjera más numerosa del país.

Visita de Estado

Más allá de las polémicas y de las protestas, la visita del líder brasileño a Portugal ha servido para retomar las relaciones bilaterales entre los dos países y para acercar de nuevo al gigante latinoamericano a la Unión Europea. Uno de los principales asuntos tratados durante estos días ha sido el acuerdo comercial con el Mercosur, que se encuentra paralizado desde hace meses. El objetivo de Lula da Silva es desatascar cuanto antes ese acuerdo con el apoyo de Portugal y de España, a donde se ha dirigido este mismo martes para reunirse con el presidente, Pedro Sánchez, y con el rey Felipe VI.

Con esta visita, Lula da Silva continúa con su estrategia de colocar a Brasil de nuevo en la escena internacional tras cuatro años de aislamiento bajo el Gobierno de Jair Bolsonaro. El líder brasileño intentará buscar un equilibrio entre Estados Unidos y la UE, por un lado, y con China, por el otro, para reforzar su papel de mediador en la resolución de conflictos y en el refuerzo de las relaciones comerciales y diplomáticas entre las principales potencias económicas. Uno de sus principales objetivos es lograr la entrada de Brasil como miembro permanente en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas. Algo que ya cuenta con el apoyo de Portugal.