Economía europea

Alemania bloquea sus presupuestos por un agujero de 60.000 millones de euros

El texto explicita que solo se podrán atender a gastos “absolutamente necesarios” y que no impliquen compromisos para el ejercicio siguiente

Olaf Scholz.

Olaf Scholz. / Reuters

Gemma Casadevall

A la Alemania en recesión le sobrevino otro acuciante problema: los 60.000 millones de euros bloqueados por el Tribunal Constitucional (TC) y que debían nutrir el Fondo para el Clima y la Transformación (KTF), clave para impulsar grandes proyectos energéticos del tripartito de Olaf Scholz. En medio del disenso en la coalición de gobierno entre partidarios y contrarios a levantar o suspender el freno a la deuda, el ministerio de Finanzas optó por bloquear los presupuestos para lo que queda de este año para no comprometer los correspondientes a 2024.

La noticia del bloqueo saltó a los medios a través el semanario “Der Spiegel”, que filtró una circular del ministerio que dirige el liberal Christian Lindner, firme defensor del freno a la deuda. El texto explicita que solo se podrán atender a gastos “absolutamente necesarios” y que no impliquen compromisos para el ejercicio siguiente. Desde el ministerio de Economía, cuyo titular es el verde Robert Habeck, se había advertido ya antes de conocerse ese texto de las “dimensiones incluso dramáticas” que podía tener la sentencia del Constitucional para grandes proyectos e inversiones, así como sus consecuencias en todo el ámbito económico, industria y ciudadanos.

El propósito de Lindner al emitir la orden de evitar toda carga presupuestaria no imprescindible afecta no solo al futuro del KTF. También repercutirá a las finanzas de los “Länder”, los estados federales, asimismo sujetos a la regla fiscal o freno a la deuda que, tal como establece la Constitución alemana, no puede superar el 0,35 % del producto interior bruto (PIB). Contempla, sin embargo, su suspensión ante casos excepcionales, sea por depresión económica, en caso de guerra o de catástrofe natural.

Victoria opositora ante el Constitucional

El detonante de la situación actual es la demanda interpuesta por el bloque conservador, la primera fuerza de la oposición alemana, contra la decisión Scholz al iniciarse la actual legislatura de transferir al KTF créditos y recursos del fondo creado para paliar los estragos generados por la pandemia, pero que finalmente no habían sido utilizados. En ese periodo de pandemia, y en atención a las circunstancias especiales derivadas de ésta, había quedado suspendido el freno a la deuda. Karlsruhe determinó ahora que esos fondos no pueden usarse en años posteriores y tampoco destinarse a fines distintos a los aprobados en su momento.

La sentencia de Karlsruhe, la ciudad donde tiene su sede del TC, cayó como una bomba en un tripartito de por sí dividido en todo lo que afecta al gasto público. El Partido Socialdemócrata (SPD) de Scholz y los Verdes del vicecanciller Habeck abogan por flexibilizar la regla fiscal. Lindner, por contra, se aferra a esta señal de identidad en su línea de la contención presupuestaria.

“Todos los ciudadanos y todos los ámbitos económicos se verán afectados. No se trata solo de proyectos inconcretos medioambientales de Protección del Clima. Se trata también de fondos destinados a incentivar proyectos e inversiones”, advirtió Habeck, en un tono hasta dramático, en declaraciones a la primera cadena de la televisión pública, Ard.

Pulso en torno al freno a la deuda

Dichas declaraciones fueron hechas incluso antes de conocerse el bloqueo presupuestario, pero en ellas aludía el ministro y vicecanciller a una contracción para la economía alemana. Los últimos pronósticos del ministerio de Economía, en consonancia con los de los principales institutos económicos y asesores del Gobierno, consideran que este 2023 habrá una contracción del 0,4 %. Su ministerio estimaba que se volverá en 2024 a la senda del crecimiento, con un 1,3 %. Ahora apuntó a otra contracción o a un “crecimiento menor de lo esperado”.

Habeck consideró además que el freno a la deuda, tal como está establecido, ha quedado desfasado cuando hay que hacer frente a necesidades “especiales”, lo que a su parecer entra no solo la pandemia. También lo es la crisis energética precipitada por la invasión de Ucrania y sus consecuencias sobre un país como Alemania que, hasta entonces, recordó el ministro, dependió fuertemente de los suministros rusos.

Al margen del pulso interno en el tripartito o la victoria de la oposición conservadora ante el Constitucional, el caso es que hoy por hoy una cambio en esa regla fiscal no prosperaría ante el Parlamento (Bundestag), ya que en la correlación de fuerzas actual no obtendría el respaldo mayoritario para la correspondiente modificación constitucional.