Consulta popular

Chile decide si aprueba o rechaza una nueva Constitución más a la derecha que la de Pinochet

El texto ha sido elaborado por un consejo constituyente bajo la hegemonía de la ultraderecha y con el respaldo de otras fuerzas conservadoras

Manifestación de partidarios del no en el referéndum constitucional de Chile.

Manifestación de partidarios del no en el referéndum constitucional de Chile. / EFE

Abel Gilbert

Más de 15 millones de chilenos acuden este domingo a las urnas para decidir si aprueban o rechazan una nueva Constitución que reemplace a la redactada durante la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990) y sucesivamente reformada tras la restauración democrática. El texto ha sido elaborado por un consejo constituyente bajo la hegemonía de la ultraderecha y con el respaldo de otras fuerzas conservadoras, nada menos que al cumplirse 50 años del derrocamiento de Salvador Allende. Las últimas encuestas auguran que la propuesta será derrotada en las urnas. Sin embargo, todo puede suceder el 17 de diciembre, entre otras razones porque los promotores de la Carta Magna asocian la consulta como una manera de expresar el repudio al Gobierno de izquierdas de Gabriel Boric, quien tiene una impagen postiva inferior al 40%.

"¡Boric vota En Contra, Chile vota A Favor!", insisten, a modo de consigna. No se descarta que la ola de la ultraderecha que se ha iniciado al otro lado de la Cordillera de Los Andes, con la asunción de Javier Milei, se haga sentir en el referendo chileno. Los impulsores del voto "En Contra", la izquierda y centroizquierda, con estandartes como los expresidentes Ricardo Lagos y Michelle Bachelet, aseguran por su parte que esta Constitución, de 17 capítulos y 216 artículos, es incluso más regresiva que la elaborada en 1980.

Los últimos sondeos dan hasta 12 puntos de diferencia al rechazo. Sin embargo, se viene verificando en los últimos días el crecimiento de la opción favorable. De allí que algunos analistas hablan de un final abierto a sorpresas. "De ganar posición a favor sería una derrota cultural y política cósmica para la izquierda y el progresismo", sostuvo el escritor y exconvencional constituyente Patricio Fernández. Si eso finalmente ocurriera, el Gobierno y el Congreso Nacional deberán velar por la implementación de la Constitución.

Manifestación de partidarios del 'sí' en el referéndum constitucional de Chile.

Manifestación de partidarios del 'sí' en el referéndum constitucional de Chile. / EFE

Cuatro años vertiginosos

En los últimos cuatro años sucedió de todo en Chile. Un estallido social contra las políticas neoliberales que se encauzó a través del llamado a una convención constituyente dominada por la izquierda y donde sus rivales carecieron de poder de veto. Luego, la victoria electoral de Boric. A partir de ese momento, la izquierda y otras variantes progresistas comenzaron a retroceder en sus posiciones. La Carta Magna, de fuerte corte progresista y paritario, fue derrotada en la consulta de setiembre de 2022 y el nuevo órgano encargado de diseñar un texto superador fue del signo ideológico inverso. Se pasó a hablar de la “Kastitución”, en alusión al predominio del Partido Republicano, José Antonio Kast. El linaje familiar y su condición de excandidato a presidencial derrotado por Boric no han sido obstáculo para convertirlo en una de las figuras relevantes del presente chileno.

Kast es hijo de un antiguo oficial de la Wehrmacht y militante del Partido Nazi. Su hermano Miguel se desempeñó como ministro de Pinochet y llegó a encabezar el Banco Central. Parte de su capital político se pone en juego en la consulta. "Esperamos que la nueva propuesta deje conforme a la mayoría de los chilenos, no a la mayoría del Partido Republicano", dijo meses atrás Kast. Sin embargo, la ultraderecha tenía otras aspiraciones. "El objetivo nunca fue presentar una Constitución de amplio consenso", reconoció Cristián Valenzuela, director ejecutivo de Ideas Republicanas, una usina programática de esa formación.

Características del texto

El expresidente Sebastián Piñera ha ponderado la nueva Carta Magna. "Primero, porque fortalece la libertad, la seguridad y la propiedad de los ciudadanos. Segundo, porque fortalece al Estado en su rol de resguardar el orden público, garantizar los derechos sociales y resguardar los equilibrios macroeconómicos". El texto, que en estas instancias consultivas logró sumar algunas voces de centro, entre ellas la del expresidente Eduardo Frei, no hace más que retroceder en derechos fundamentales para sus impugnadores. "No nos une como país", dijo Bachelet, y puso el acento en lo perjudicial que representa para cuestiones de género y los riesgos que se vuelva a penalizar el aborto en las causales aceptadas. Otros especialistas estiman que agrava los problemas de la Constitución vigente al introducir elementos problemáticos que ni siquiera estaban en la Carta Magna "de" Pinochet.

Folleto de propaganda del 'no' en el referéndum constitucional de Chile.

Folleto de propaganda del 'no' en el referéndum constitucional de Chile. / EFE

Según el sociólogo Felipe Ruiz Bruzzone, la propuesta bloquea las discusiones futuras sobre el derecho a la educación pública al fortalecer el sistema privado, restringe la posibilidad del Estado de diseñar una política impositiva progresiva y amenaza conquistas democráticas que refieren a la libertad de las mujeres para decidir sobre su propio cuerpo. En cuanto al medio ambiente, se retrocede con respecto a los estándares internacionales contemporáneos. El texto "asume una posición favorable en torno a las organizaciones empresariales como entes organizadores de la vida colectiva" y debilita a los sindicatos al restringir el derecho a huelga.

Escenarios

Para el portal El Mostrador, "sea que gane el En Contra o el A Favor, el proceso constituyente fue un fracaso, porque no se logró un texto constitucional consensuado y apoyado por amplias mayorías políticas y sociales". Se ha desperdiciado una oportunidad histórica. "Así las cosas, todo indica que lo más razonable es votar En Contra", señaló en un editorial titulado Chile con obstrucción intestinal (constitucional)". La exministra de la Mujer de Piñera, Isabel Plá, de la derechista Unión Demócrata Independiente (UDI), consideró que si la ciudadanía se inclina por el rechazo "va a ser una derrota para toda la política".

 Los cuatro años que separan las masivas protestas contra Piñera y esta consulta muestran a su vez a una ciudadanía agotada y dominada por la desidia. Una encuesta da cuenta que una 47 % de las personas en condiciones de sufragar no muy interesado o nada interesado lo que se pone en juego. Otra agenda domina las inquietudes colectivas: la crisis educativa, las dificultades del sistema de salud privado (ISAPRES), así como los problemas de la inmigración y la delincuencia. Tal es el cansancio de la ciudadanía que, en caso de imponerse el En Contra se descarta en principio un tercer ensayo constitucional a corto y mediano plazo.