Pena de muerte

Campaña para detener la primera ejecución por asfixia por nitrógeno en Alabama

La Comunidad Sant'Egidio sugiere un boicot comercial de la UE a este estado de EEUU para frenar el ajusticiamiento

El cofundador de la Coalición Mundial contra la Pena de Muerte y miembro de la Comunidad SantEgidio, Mario Marazziti, durante una rueda de prensa para denunciar el método con el que será ejecutado el preso Kenneth Smith.

El cofundador de la Coalición Mundial contra la Pena de Muerte y miembro de la Comunidad SantEgidio, Mario Marazziti, durante una rueda de prensa para denunciar el método con el que será ejecutado el preso Kenneth Smith. / EFE

Irene Savio

Este próximo jueves el preso Kenneth Eugene Smith podría convertirse en la primera persona ejecutada en Estados Unidos mediante la asfixia por nitrógeno. Este método nunca antes utilizado, que conlleva que al condenado se le coloque una máscara facial hermética para obligarle a inhalar este gas hasta la muerte, ha llevado a diversas organizaciones a pedir que se detenga la ejecución. La más reciente ha sido la Comunidad Sant'Egidio, vinculada al Vaticano, que este martes ha sugerido a los gobiernos europeos presionar a Alabama, el estado donde debería cumplirse el ajusticiamiento, con la amenaza de aplicarle un boicot comercial

"Hemos llegado a sugerir esta solución extrema porque la situación es extrema. Smith será ejecutado en dos días y países como Italia y Alemania tienen un importante volumen de negocios con Alabama", explica David Salas, responsable en Catalunya de las campañas contra la pena de muerte de Sant'Egidio. "Hay que entender que todos los anteriores intentos de detener esta ejecución inhumana han fracasado. Incluso le hemos escrito varias veces a la gobernadora y ni nos ha respondido", añade, en declaraciones a El Periódico de Catalunya, del grupo Prensa Ibérica.

Sant'Egidio se ha sumado así a un llamamiento también hecho por expertos de la ONU que en los pasados días han advertido sobre una muerte que podría ser "dolorosa y cruel", equiparable incluso a la tortura, lo que está prohibido por el derecho internacional. De igual manera, otros activistas y médicos han señalado que esta ejecución podría acabar en un verdadero desastre.

1.000 dólares

De hecho, al no haber sido usado nunca antes en personas (en veterinaria se usa solo en casos extremos y sedando a los animales), se desconoce el nivel de dolor que el condenado sentirá y se teme que pueda sufrir convulsiones hasta quedar en estado vegetativo. Otros expertos también han expresado preocupación por una eventual fuga de gas, que mataría también a las personas que estén en la habitación en ese momento. 

La historia de Smith es, además, particularmente triste. Condenado por un asesinato a sueldo por 1.000 dólares cometido en 1988, el hombre ha estado en el corredor de la muerte más de tres décadas, después de que en 1989 un juez desoyera la decisión de una corte popular, que lo había condenado a cadena perpetua, y decidiera aplicarle la pena de muerte. 

Además, no es la primera vez que intentan matarle. El anterior intento tuvo lugar en 2022 y duró unas cuatro horas. La razón es que, en ese entonces, la ejecución con inyección letal tuvo que ser suspendida porque, tras practicarle el método en un brazo, no pudieron repetir la misma operación en el otro al no encontrarle la vena

Farmacéuticas

La esperanza de Sant'Egidio es repetir algunos éxitos que en los últimos años han cosechado las campañas contra la pena de muerte. "En los últimos años logramos convencer a las farmacéuticas europeas de dejar de vender a estos estados los compuestos necesarios para las ejecuciones con la inyección letal, lo que ha permitido que algunas ejecuciones se suspendieran", explica Salas. 

De hecho, esta es una de las razones que ha llevado a Alabama a cambiar de método. Según las autoridades de este estado estadounidense, la muerte por nitrógeno debería provocar que en pocos segundos el condenado pierda la conciencia, aunque no han aportado pruebas de ello.