Tensión bilateral

La fiscalía chilena sugiere que Venezuela planificó el asesinato en Santiago de un opositor a Maduro

La muerte de Ojeda provocó fuerte en impacto en Chile en momentos que la cuestión de la seguridad urbana se ha instalado en un primer plano del debate nacional

Gabriel Boric, presidente de Chile.

Gabriel Boric, presidente de Chile. / EFE

Abel Gilbert

Las relaciones entre Chile Venezuela amenazan con entrar en un laberinto tormentoso. La ramificación en el primer país de un grupo delictivo que nació en las cárceles venezolanas constituye uno de los puntos de fricción. En la noche del jueves se ha añadido otro. El fiscal Héctor Barros dejó entrever el carácter político del secuestro y posterior asesinato en Santiago del exteniente del Ejército, Ronald Ojeda, quien se encontraba en Chile en calidad de refugiado por su condición de opositor al madurismo.

La muerte de Ojeda provocó fuerte en impacto en Chile en momentos que la cuestión de la seguridad urbana se ha instalado en un primer plano del debate nacional. El hallazgo de su cuerpo dentro de una maleta y enterrado bajo cemento en una zona de la periferia capitalina le añadió a su caso un carácter macabro.

Barros se presentó en los estudios de Chilevisión y deslizó una conjetura inquietante al ser consultado sobre los móviles políticos del homicidio del exmilitar que disentía con el Gobierno de Nicolás Maduro. "Hemos descartado todas las tesis que tengan que ver con la participación de él en la comisión de algún ilícito… hasta el momento no tengo otro antecedente que nos demuestre, que nos indique, hacia otro lado. Sostenemos que esto se organizó y se solicitó el secuestro y posterior homicidio del señor Ojeda desde Venezuela", puntualizó el coordinador de los Equipos de Crimen Organizado y Homicidios (ECOH).

El único partícipe del hecho detenido desde que comenzaron las investigaciones es un venezolano de 17 años. En principio, Barros se inclinó a pensar que detrás del episodio estaba el Tren de Aragua, el grupo criminal cuyas acciones en Chile comenzaron a ser advertidas hace dos años. Sin embargo, las pericias en esa dirección no pudieron avanzar. "Hay un grado de organización, de ejecución de este delito, que nosotros no habíamos visto. El Tren de Aragua jamás actuó haciendo una escena como la que hicieron en este caso, disfrazados de policías, donde además se tomaron el trabajo de enterrarlo y cementar el lugar".

Las características del secuestro de Ojeda sorprendieron a los chilenos por su grado de sofisticación. Las cámaras de seguridad captaron el momento en que cinco falsos integrantes de la Policía de Investigaciones. Pocas horas después, el vehículo en el que se consumó la operación fue encontrado. En su interior estaba la ropa utilizada por los captores. El fiscal no tiene duda de que tenían una "preparación" de la que carecen los delincuentes. "Lo que puedo asegurar es que es una persona extranjera". Los potenciales asesinos abandonaron Chile.

La posición venezolana

Barros expresó su confianza en que las autoridades venezolanas cooperen con la investigación y arreste a los presuntos sospechosos. A comienzos de marzo, cuando se perpetró el crimen, Diosdado Cabello, el número dos del Gobierno venezolano, deslindó cualquier responsabilidad del Estado venezolano y sugirió que se indagara en los movimientos de algunos opositores al Palacio de Miraflores. "A ese muchacho que mataron en Chile (Ojeda) lo dejaron solo, lo mataron bandas armadas, las bandas de delincuentes, de mafias, a las cuales pertenece (Iván) Simonovis", dijo en su programa televisivo, Con el mazo dando. Simonovis es un expolicía que pasó varios años en prisión y, al abandonar Venezuela, se asoció con el exdiputado Juan Guaidó cuando se autoproclamó "presidente encargado" a finales de enero de 2019.

La aparición del fiscal en las pantallas de Chilevisión es precedida por dos hechos que no pasaron inadvertidos a los analistas. El pasado viernes, el presidente Gabriel Boric recibió en el palacio de La Moneda a Josmarghy Castillo, la viuda del exteniente asesinado. Pocas horas antes de que Barros tomara la palabra, el Gobierno de izquierdas llamó a consulta a su embajador en Caracas, el socialista Jaime Gazmuri.

Desacuerdos

Boric tomó esa decisión después de que el ministro de Exteriores venezolano, Yván Gil, asegurara durante un encuentro con su par colombiano, Luis Gilberto Murillo, que el Tren de Aragua no existe: "Es una ficción mediática internacional", dijo, y que sus supuestos integrantes se destacan por sus acentos chilenos y peruanos. El propio presidente reaccionó indignado frente a esa aseveración. "Las recientes afirmaciones irresponsables del canciller de Venezuela, que desconocen la existencia del Tren de Aragua, un grupo criminal conocido por sus actividades ilícitas en Chile y en toda la región de Sudamérica, son profundamente preocupantes y constituyen un grave insulto para quienes han sido víctimas de esta organización y para sus familias, y lo tomamos como un insulto también a los Estados que han sido víctimas del Tren de Aragua". Boric siempre ha sido crítico del madurismo. Para el Palacio de Miraflores, forma parte de lo que llaman "la izquierda cobarde". Los señalamientos del joven presidente siempre estuvieron relacionados con el autoritarismo del Gobierno venezolano. Las diferencias se han proyectado al área de seguridad. Para Boric, las expresiones de Gil revelan "una falta de compromiso con la cooperación internacional" y una "negativa a abordar de manera efectiva los problemas transnacionales del crimen organizado".

La prensa chilena recuerda al respecto que un mes antes del secuestro del exteniente Ojeda, el subsecretario Manuel Monsalve firmó en Venezuela un acuerdo con el Palacio de Miraflores para intercambiar información sobre sujetos de interés para el combate del crimen organizado. "Maduro aún no nombra a una contraparte para activar el pacto", señaló el portal Ex-Ante. En este contexto han sido arrestadas en Santiago tres personas por su supuesta participación en el asesinato de un policía que, consignó el portal El Mostrador, estarían vinculadas con el grupo delictivo surgido en las unidades penales venezolanas y con actividades en Colombia y Perú, además de Chile.