Conforme avanza el calendario se van conociendo más detalles de la próxima edición de la Recreación histórica de Salillas de Jalón que se celebrará el próximo mes de mayo. La fiesta comenzará la noche del viernes 20 recreando la compra de la villa por la familia infanzona López de Rueda a los monjes de la Orden del Hospital de San Juan de Jerusalén. Tras la representación teatral habrá un concierto de música en los aledaños del Torreón a cargo de Los músicos de Bogdan.

El sábado 21 de mayo se celebrará el mercado medieval que contará con animación a cargo de Los Músicos de Bogdan a lo largo de todo el día. Además habrá talleres infantiles así como cuentacuentos, exhibición de danza del Vientre y talleres de bailes medievales con el Grupo Octava Milla. Por la tarde se representará el Otorgamiento de la Segunda Carta Puebla en 1319 y a continuación se contará la historia de Las Tres Señoras Medievales.

En el actual contexto social, cuando acaba de celebrar el 8M, Salillas de Jalón pone en el foco en la historia de tres mujeres en el siglo XIV. Y es que, curiosamente, durante dicho siglo, Salillas estuvo gobernada por tres mujeres.

A principios del siglo XIV, la Orden del Hospital de San Juan de Jerusalén, propietaria de la villa, la vende a Martín López de Rueda, señor de Bárboles y de Casanueva, y a su esposa Fancisca Ximenez de Castellot, señora de Azila y de Casanueva, quienes otorgarán la Segunda Carta puebla a 21 familias de moros. Don Martín, junto a 10 de sus vasallos, de Saliellas y Bárboles, tuvo que marchar a la conquista de Cerdeña junto al rey de Aragón, y en el fragor de aquellas batallas murió dejando viuda a doña Francisca junto a dos hijos muy pequeños, García y Gastón.

Lejos de amilanarse, doña Francisca asumió el gobierno del señorío, ya que entre hijos, padres, hermanos o tíos no existía varón alguno que pudiese ostentarlo. Doña Francisca pasará a ser la señora de Saliellas y Casanueva, una dama con profundos convencimientos religiosos y gran honradez que la hicieron merecedora del afecto de sus vasallos.

A la muerte de doña Francisca el señorío quedo dividido en dos mitades iguales: la parte correspondiente a Saliellas pasó a su hijo mayor don García y la parte correspondiente a Casanueva paso a su hijo menor don Gastón.

En 1334, don Gastón vendía a su hermano su parte de la herencia, que no era sino Casanueva con todas sus heredades y pertenencias, y por la cantidad de 10.000 sueldos jaqueses. De esta manera se unificaba de nuevo el señorío en manos de don García López de Rueda.

Pero a partir de ese momento las finanzas de don García no pasarán por buen momento; quizá su endeudamiento por la compra, quizá su mala cabeza o desgobierno, para conseguir dinero y saldar sus deudas se vio obligado a vender Saliellas y Casanueva a su suegra doña Elvira López de la Torre, señora de Oliete, señora muy rica y hacendada que no estaba por la labor de regalarle nada a su yerno.

Así, y por segunda vez en el mismo siglo, una mujer ostentará el señorío de Saliellas y Casanueva, doña Elvira, consuegra de doña Francisca, la primera mujer que gobernó el señorío.

A la muerte de doña Elvira, y como era de imaginar, en su testamento no dejó en herencia el señorío de Salillas ni a su hija ni a don García, sino que se lo dejó a uno de sus hijos varones, quien inmediatamente lo puso en venta comprándolo por 30.000 sueldos jaqueses un sobrino carnal de don García López de Rueda, llamado Martín, y que estaba casado con una dama almuniense llamada Inés Pérez de Embún.

Pero, como si estuviera marcado por el destino, Martín, el nuevo propietario de Saliellas y Casanueva, falleció al poco tiempo, dejando viuda a doña Inés, que al no haber varón alguno que pudiese hacerse cargo del señorío se vio proclamada señora de Saliellas. Doña Francisca, doña Elvira y doña Inés gobernaron la Saliellas medieval a lo largo del siglo XIV.

Esta es la historia que Salillas de Jalón reivindica con su recreación histórica y es que, tal como dice doña Inés, «Saliellas es una villa avanzada, sus costumbres se adelantan siempre en el tiempo a los demás, y tarde o temprano, será tan normal que gobiernen los hombres como las mujeres. La villa de Saliellas hace tiempo que ya está marcando el camino».