Aragón se tomó el 27 de junio, 106 días después de declararse el estado de alarma, un primer momento para rendir tributo a las víctimas del coronavirus, «a los que nos faltan», y también a los que en todo este tiempo han estado en primera línea batallando contra el virus a y todos los profesionales de esos sectores que se han mostrado más esenciales que nunca. Este fue el primero de muchos homenajes a las 919 personas que, por el momento, han perdido la vida como consecuencia de la pandemia. El primer acto de duelo oficial y general a unas «hermosas vidas», como las definió el escritor Manuel Vilas en el texto que se leyó en todos los homenajes aragoneses como los que se desarrollaron en los 14 municipios del Campo de Cariñena.

El acto planificado por el Gobierno de Aragón y la Federación Aragonesa de Municipios, Comarcas y Provincias (FAMCP) fue deliberadamente escueto, sin querer añadir pompa a una tragedia que se explica por sí misma. Pero la emoción, inevitablemente, se escapó en mayor o menor medida en los 731 homenajes que se llevaron a cabo el en todos los municipios de Aragón y con unos elementos en común: la plantación de una carrasca, símbolo de Aragón, de fortaleza y unidad, y la colocación de una placa de cerámica realizada por la Escuela taller de Cerámica de Muel. Además, se leyeron unas palabras escritas para la ocasión por Manuel Vilas, Premio de las Letras Aragonesas.

En ellas, el escritor quiso sintetizar el dolor de «todos los ciudadanos españoles» tras una crisis para la que «nadie estaba preparado». Unas palabras en las que recordó cómo «los hijos no pudieron tocar la mano de sus padres» en el «trance de la muerte» pero apeló a buscar consuelo en la memoria, que es «dignidad y democracia».

Vilas también instó a unir «los dos homenajes, el colectivo y personal», en un «gran abrazo», apelando a las virtudes que ha mostrado España y Aragón, como «generosidad, valor y entrega». «Si de verdad los españoles como pueblo amamos a nuestros muertos, por favor seamos un pueblo unido, respetuoso, tolerante y generoso», pedía, recordando que «la vida de uno solo es la vida de millones» y que «todas las vidas fueron hermosas».

Estas palabras se oyeron en todos y cada uno de los municipios de Aragón y, por supuesto, del Campo de Cariñena. En el caso de Aguarón, fue María Jesús Ruesca, en representación de la Asociación de Mujeres Algairén, quien recitó el texto de Manuel Vilas, mientras que Agustín Pérez y Alonso Pérez, plantaron la carrasca en el parque El Plogar. En esta localidad, además, se aprovechó el homenaje para entregar un diploma a los sanitarios en reconocimiento a su «servicio a la comunidad». También Aguilón se sumó al memorial a los fallecidos y el alcalde, David Dionis, junto a Ramón y Bea, en representación de los trabajadores del ayuntamiento, fueron los encargados de llevar a cabo la plantación, mientras en Aladrén el entorno elegido para realizar el acto fue la ermita de la Virgen de las Nieves donde Gonzalo Berné realizó la plantación de la carrasca y la alcaldesa Marta Blanco leyó el texto de Vilas.

En Alfamén, la mañana del 27 de junio resultó también muy emotiva ya que Fernando Colas, el médico de la localidad durante 16 años y recién jubilado, fue el encargado de leer el texto de Manuel Vilas para el homenaje. Un momento que el municipio aprovechó para despedir al sanitario obsequiándole con un plato de cerámica de Muel a estos 16 años de servicio y dedicación a los vecinos. Mientras, José Miguel, representante de la asociación de la tercera edad de Alfamén se encargó de la plantación de la carrasca y Mari Carmen, representante de las trabajadoras de la residencia de mayores, se encargó de poner la placa.

Por su parte, en Cariñena el homenaje se realizó en el paseo, estuvo conducido por la periodista Nuria Pamplona y en él intervino la violinista Belén Estaje. Se inició con la recepción de la carrasca y de la placa de cerámica de Muel a manos del representante más joven del Consejo de Infancia y Adolescencia y de una representante de la asociación de la tercera edad. A continuación, empleados municipales realizaron la plantación de la carrasca y colocaron la placa. Para finalizar, los portavoces de los partidos políticos del consistorio (Conchita García, Mirian Domeque, Carlos Lorente y Marco Antonio Campos) realizaron la lectura de un emotivo texto de Manuel Vilas.

El alcalde, Sergio Ortiz, intervino en la clausura del acto para trasladar el consuelo a todos los afectados por la pandemia y a todos los que han perdido a un familiar durante estos meses. Además, quiso agradecer el trabajo de todo el personal esencial, del personal municipal y de los numerosos cariñenenses que de forma voluntaria colaboraron con el ayuntamiento durante estos duros meses.

Por su parte, Cosuenda realizó su homenaje a las víctimas en la plaza del ayuntamiento. Allí, Mari Mar Hernández, en representación de los Servicios Sociales de la comarca, y María Padilla, trabajadora del Servicio Aragonés de Salud, leyeron las palabras del homenaje mientras los niños se encargaron de realizar la plantación y descubrir la placa, en un acto en el que varios miembros de la Banda Municipal de Música pusieron la banda sonora interpretando dos piezas. Además, el alcalde, Óscar Lorente, agradeció el comportamiento durante el confinamiento a todos los vecinos y alabó la labor de los profesionales municipales, sanitarios y de servicios esenciales, mientras recordó que el virus no se ha ido y hay que seguir siendo cuidadoso para evitar los rebrotes.

Encinacorba también recordó «a los que nos faltan» y homenajeó la labor de toda la ciudadanía con la plantación en el parque junto al frontón de su propia carrasca que se encargó de plantar Antonio Gimeno, el vecino de más edad del pueblo, y que estuvo arropado por la corporación y numerosos vecinos.

Longares también se sumó al acto de duelo general y lo hizo extensivo a las ocho personas que han fallecido en la localidad desde que se decretase el estado de alarma, aunque ninguna de ellas por coronavirus, y para testimoniar el recuerdo por todas ellas se guardó un minuto de silencio en su memoria. La carrasca en Longares fue plantada por Félix Serrano Yus, un jubilado que superó esta enfermedad, expresando el reconocimiento a toda la ciudadanía por el compromiso para superar juntos la crisis sanitaria. El párroco del municipio, Moïse Atikpati, tuvo el honor de descubrir el atril con la baldosa cerámica de Muel, mientras que la teniente de alcalde y trabajadora del sector sanitario, Raquel Losilla, leyó el texto de Manuel Vilas.

Además, este acto no fue solo de homenaje a las víctimas, sino también de reconocimiento a todos los profesionales que han estado en primera fila atendiendo a los enfermos y los servicios públicos esenciales. Por ello, el Ayuntamiento de Longares agradeció públicamente en nombre de todo el pueblo la implicación de todas las personas que han trabajado por los demás para hacer frente a este problema común: desde la treintena de agricultores que han desinfectado con su maquinaria las calles y plazas del pueblo, a los trabajadores municipales, las trabajadoras sociales, educadoras, establecimientos comerciales que han seguido abiertos ofreciendo sus servicios, profesionales del consultorio médico y farmacia, a los miembros de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad, mujeres voluntarias que se han preocupado por los más vulnerables para que no les faltase de nada, y que han cosido diverso material para su reparto en diferentes centros, y a todos los vecinos que trabajan día a día en centros sanitarios y en residencias de personas mayores. Para finalizar, el alcalde de Longares, Miguel Jaime, lanzó un mensaje de ánimo y esperanza para todos, agradeciendo la serenidad y responsabilidad individual mostrada durante el confinamiento, y recordó que esta guerra no se ha ganado todavía, por lo que hay que seguir cumpliendo las recomendaciones sanitarias y extremar las medidas de higiene.

En Mezalocha, fue la alcaldesa, Yolanda Martínez, la encargada de leer el texto de Manuel Vilas en el parque de San Antonio, pegado a la ermita, un lugar muy especial y muy frecuentado por los mezalochanos. En este caso, la placa la colocó Ana Marzal y la carrasca la sembró Carmelo Lostal, ambos familiares de las dos únicas víctimas de la localidad que han fallecido por el covid-19, aunque ambas estaban en dos residencias fuera del municipio. Se trata de Hermigio, tío de Ana, y Adrián, tío de Carmelo.

Emotivo resultó también el acto desarrollado en Muel al que fueron invitados los responsables del consultorio médico, Ana (médica), Luis(enfermero), Iñigo(farmacéutico), Carla (responsable de la residencia de ancianos), el comandante del puesto de la Guardia Civil, el Juez de Paz, concejales y el presidente de la asociación de la tercera edad. Todos ellos participaron del memorial en recuerdo y solidaridad hacia todas las personas que han sufrido la pérdida de seres queridos en la pandemia.

También los alrededores de una ermita, en este caso la de San Gregorio, fue el lugar elegido en Paniza para llevar a cabo este memorial. Allí, alcalde, José Manuel Cebrián, se encargó de abrir el acto y recordó a los vecinos del municipio que nos han dejado, algunos por la enfermedad y otros a los que no se pudo despedir como merecen, y destacó el el comportamiento ejemplar de toda la población durante estos meses tan complicados. Las encargadas de plantar la carrasca fueron Delia Luesma, cuyo hermano Emilio falleció a causa del covid-19, y María Jesús Suso, trabajadora de la residencia Vitalia de Cariñena, que dedicó unas sentidas palabras a todos los compañeros que están en primera línea y que vivió en su propia piel la enfermedad. Mientras, la encargada de leer el texto de Manuel Vilas fue Pilar Burillo, profesora del colegio de Paniza, y el acto finalizó con la música de la banda municipal.

En Tosos fue Manuel Roy, el teniente alcalde, quien condujo el acto y leyó el texto escrito para esta jornada mientras que la plantación la llevaron a cabo entre los múltiples vecinos que se dieron cita en el parque municipal donde Esteban, el alguacil, había preparado el hoyo. Un acto emotivo que sirvió también para recordar que no hay que bajar la guardia.

También Villanueva de Huerva se adhirió a la jornada de recuerdo. El paraje elegido fue el cabezo de San Vicente, el cual albergaba en la antigüedad un asentamiento Celtíbero, y donde también está emplazada una ermita medieval del siglo XVI, desde donde se divisa una espléndida panorámica de Villanueva y de la vega del río Huerva. En este marco incomparable los escolares de Villanueva de Huerva fueron los encargados de plantar la carrasca mientras que varios concejales y miembros de asociaciones de Villanueva, de la asociación de mujeres y de la asociación de tambores, se encargaban de leer las palabras escritas por el Premio de las Letras Aragonesas.

Por último, en Vistabella el homenaje se desarrolló en el parque de mayores que está al lado de la pista deportiva donde el alcalde, Juan José Gasca, abrió el acto explicando la elección de un carrasca como protagonista del acto y procedió a su plantación junto a una pequeña de la localidad. A continuación, la primera teniente de alcalde, Teresa Giner, leyó el manifiesto de Manuel Vilas.

En definitiva, una jornada para mantener viva la memoria de todos aquellos que nos faltan y a quienes no se pudo despedir como merecían, pero un día también para mostrar «gratitud a la ciudadanía por su comportamiento ejemplar» y de «reconocimiento a todos los profesionales que han entregado su esfuerzo al servicio de toda la sociedad» con el claro mensaje de «saber que juntos vamos a salir adelante y que nos une el orgullo de sentirnos aragoneses», tal y como señaló el propio presidente aragonés, Javier Lambán en la carta remitida a los ayuntamientos con motivo de este homenaje.