Muel se llena de fiesta y tradición

Como el gran anuncio de un festejo inminente, la música tradicional aragonesa volvió a sonar el 5 de septiembre en la Residencia de Mayores Virgen de la Fuente de Muel, protagonizada por la rondalla Los Amantes de la Jota. Fue el preludio del tradicional chupinazo, de los multicolores cabezudos y una bulliciosa charanga o del volteo de campanas de la ermita el día siguiente, iniciando así las fiestas en honor a la Virgen de la Fuente 2023 que alteraron el sosiego de la villa durante seis días.

No obstante, el momento más especial se vivió a última hora de la tarde con la recogida de las majas, majo y reinas de esta edición, y el ya consabido pasacalles que concluyó en la plaza frente al ayuntamiento en un divertido acto con un presentador de excepción: el popular David Marqueta.

Además del paso ‘obligado’ por las sedes de las distintas peñas dispersas por calles, plazuelas y rincones, una lista interminable de concursos, fiestas, actuaciones y otras iniciativas engrosaron los reclamos habituales de esta cita. El viernes, la presencia de Carlos Escribano, arzobispo de Zaragoza, que ofició la ofrenda de flores programada, realzó aún más el carácter del acto, acompañado por la Agrupación Musical de Muel y el coro parroquial. La numerosa concurrencia de devotos, vecinos y curiosos a la procesión y al acto en sí en la ermita, añadió más color festivo si cabe a la celebración.

Parecida escena se produjo al día siguiente en la ofrenda de frutos a la Virgen durante la misa baturra, amenizada por Los Amantes de la Jota de Muel. El resto del programa es una página más del jolgorio habitual de esta celebración: espectáculos, bailes, disco móviles, concursos y actividades para los pequeños, toros de ronda, reses bravas y vaquillas a deshoras, homenajes, etc. Según Israel

Remón, alcalde de Muel, «ha sido de nuevo, tal y como habíamos previsto, un reencuentro con la familia en torno a la mesa, momentos para amenas charlas con los viejos amigos en las peñas, para las anécdotas y el recuerdo».

La afluencia de amigos y vecinos de pueblos del entorno justificó la apretada agenda de citas profanas, que se alternaron con los actos religiosos en honor a la patrona. «Han sido momentos, sobre todo, de sana diversión y sin incidencias reseñables», confirmó. Una estruendosa traca la noche del lunes 11 puso fin a unas fiestas que anuncian un otoño que «esperemos venga cargado de bienes y buenas noticias para todo el vecindario», concluyó Remón.