ESCUELA DE CERÁMICA DE MUEL

60 años velando por el patrimonio alfarero

El Taller Escuela de Cerámica de Muel es un centro de formación y difusión de esta actividad artesanal. | VANESA ROYO

El Taller Escuela de Cerámica de Muel es un centro de formación y difusión de esta actividad artesanal. | VANESA ROYO / MIGUEL BERTOJO | MUEL

Miguel Bertojo

Han transcurrido 60 años ya desde que el Taller Escuela Cerámica de Muel, adscrito a la Diputación de Zaragoza (DPZ), resucitara literalmente esta actividad artesana tradicional que, durante siglos, distinguió a Muel como un genuino centro alfarero no solo a nivel nacional.

60 años velando por 
el patrimonio alfarero

60 años velando por el patrimonio alfarero / MIGUEL BERTOJO | MUEL

«El sexagésimo aniversario es un hito más», explica Charo Lázaro, diputada delegada de Cultura de la DPZ. «El Taller Escuela, impulsada entonces por Enrique González García-Mayorga, no solo es la única entidad en su género, sino que no ha cejado en su empeño original: rescatar y enaltecer la identidad de la cerámica de la villa, y su valor. Ha sido el garante de transmitir su antigüedad, sus formas y sus característicos motivos decorativos hasta hoy».

Seis décadas son un compromiso en toda regla. «Para la Diputación es un orgullo haber mantenido tal apoyo ininterrumpido», asevera Lázaro. «El centro ha tenido sus altibajos sin duda; sin embargo, y a pesar de ser una institución joven, no hay duda de su transcendencia y del papel que ha desarrollado».

La formación, un aspecto clave

Y, a tenor de esa responsabilidad con la historia y la identidad cerámica de Muel, «ahora es tiempo de consolidar por un lado la vertiente innovadora, que mantenemos desde hace tiempo a través de la colaboración con Cerco Cerámica Contemporánea y, en concreto, con su premio internacional», matiza Lázaro. «Es importante estar al hilo de las nuevas tendencias para poder innovar desde lo antiguo».

Por otro lado, «prevemos formar de manera oficial, hablo por tanto, de formación profesional reglada, a futuros alfareros y alfareras, decoradores y decoradoras.., y solventar las necesidades del propio Taller Escuela y garantizar incluso un relevo generacional casi inminente. Son actividades a salvaguardar, pero una formación así precisa ciertos requisitos técnicos que solventaremos, ya sea en solitario o, por ejemplo, con el Ayuntamiento de Muel para que el Inaem acredite al centro y pueda así impartir las certificaciones profesionales», concluye.

Según María Giménez, directora del Taller Escuela, «el propósito original de la creación del centro hace 60 años, recuperar la cerámica de Muel, está cumplido. Ahora se trata de mantener la producción cerámica característica de la localidad y difundirla: es el leitmotiv de convocatorias como Aulas Muel o de las jornadas de puertas abiertas programadas este semestre. En el próximo, hemos previsto diferentes iniciativas de formación para profesionales y aficionados». Para más información sobre la programación y/o las prestaciones y recursos disponibles del propio centro: https://escuelaceramicademuel.es/.

«Cada año», prosigue, «un artista invitado realiza una estancia de quince días aquí y concreta una pieza de tamaño medio-grande. Al concluirla, no solo se presenta oficialmente, sino que su estadía se completa con distintas iniciativas para públicos diversos». Por otro lado, «a nivel académico mantenemos acuerdos de colaboración con la Escuela de Arte de Zaragoza y con el Máster de Cerámica: Arte y función, de la Universidad del País Vasco (UPV). Estamos pendientes de firmar otro con la Escuela de Arte La Industrial de Barcelona, y que sus alumnos hagan aquí sus proyectos o prácticas».

Los alumnos de esos centros «hacen aquí sus prácticas curriculares e incluso colaboran con el Taller Escuela en la creación de una biblioteca de pastas y esmaltes cerámicos que configurará un muestrario abierto de consulta, orientado por Ana Felipe. Ya sea para conformar obra artística y/o producción artesanal, cualquier profesional o estudiante podrá documentarse y ampliar sus conocimientos sobre tales materias primas y cómo se relacionan entre sí».

Otro aspecto clave en el que el Taller Escuela ha puesto especial énfasis «es en la difusión», corrobora Giménez. «Es habitual la presencia de alumnos de colegios de Primaria, Secundaria o Educación Especial de Zaragoza y provincia empapándose de la historia de la cerámica de Muel y su proceso de creación. Quizá despierte alguna vocación, pero lo importante es que reconozcan, por observación directa o mediante unidades didácticas, y aprecien la cerámica local y, sobre todo, lo que comporta. Aun así, sus familias también van a conocer de algún modo nuestra existencia. También formamos parte de la Ruta del Vino de Cariñena como centro de interés turístico», apunta.

«Todos los sábados, 25 adultos y otras tantas criaturas llenan las zonas habilitadas del centro en una suerte de bautismo cerámico. En las jornadas de puertas abiertas participan 240 personas cada día». De todos modos, «en ningún momento hemos descuidado la producción de piezas, ya sean réplicas históricas o características de Muel, de distintas épocas», confirma Giménez. Además del propio centro, la DPZ mantiene un punto de venta en pleno corazón de Zaragoza, en la calle del Coso, 44.