En este 2022 se celebran los 170 años del nacimiento del premio Nobel español Santiago Ramón y Cajal. Reconocido mundialmente por sus importantes avances en ciencia y medicina, lo que muchos no conocen de la biografía de Cajal es que pasó una larga temporada en un municipio altoaragonés. Esa localidad es Ayerbe y no ha dudado en ningún momento en unirse a la celebración de una cita tan importante.

La Asociación para la Promoción Integral de Ayerbe y Comarca (Apiac) ha sido la encargada de organizar una serie de actividades para contribuir en esta efeméride.

La exposición Santiagué, un niño carnicraba ha sido el caballo de batalla de una serie de actividades e iniciativas dirigidas a recuperar la figura de Cajal. La muestra, que se pudo verse hasta el 24 de julio, intentó que los asistentes pudiesen llegar a comprender las experiencias vividas por el joven Cajal en la villa de Ayerbe y cómo todos estos sucesos marcaron, para siempre, la vida de una de las mentes más brillantes del pasado siglo.

Las relaciones con sus familiares, los primeros amores de la adolescencia, el compañerismo con sus inseparables amigos o la camaradería con su hermano Pedro forjaron un carácter que para siempre quedará en la historia. La muestra también hizo hincapié en la pasión que Cajal siempre tuvo desde pequeño por las artes plásticas, en especial por el dibujo. Un arte que terminó puliendo, pasando de ser un joven ilustrador aficionado a ser uno de los mejores retratistas de la ciencia.

La exposición también abordó la capacidad inventora que tuvo el propio Cajal, y la comparó con la fama arrastrada durante tanto tiempo de ser un pésimo estudiante. El acercamiento a la muerte, que el científico conoció en el cementerio de Ayerbe, también se mostró en una exposición cargada de paneles informativos que ahondaron todavía más en su biografía.

Unos paneles que para deleite de aquellos que quisieron llegar al fondo en su investigación personal incluían textos, frases y reflexiones del propio Ramón y Cajal sobre los pequeños descubrimientos que ya realizaba en Ayerbe desde temprana edad. La joya final fueron los objetos antiguos y los libros de la biblioteca del médico.

La exposición se complementó a lo largo del mes con una nutrida variedad de actividades culturales, como recitales de poesía y lecturas de textos del propio Ramón y Cajal. Toda una muestra del respeto a la memoria del premio Nobel que se tiene en el municipio de Ayerbe y la firme intención de todo el municipio de mantener para siempre ligado el nombre del ilustre científico al de esta localidad oscense.