FIGURA DE PROTECCIÓN DEL PATRIMONIO

Declarados Bien de Interés Cultural varios pozos de la Hoya

El Gobierno de Aragón los define como «ingenios del patrimonio hidráulico»

Este pozo de Angüés es uno a los que se les ha otorgado esta distinción. | GOBIERNO DE ARAGÓN

Este pozo de Angüés es uno a los que se les ha otorgado esta distinción. | GOBIERNO DE ARAGÓN / la crónica cronica@aragon.elperiodico.com

La Crónica

El Ejecutivo aragonés ha dado el visto bueno a la declaración de Bien de Interés Cultural, en la categoría de monumento, para catorce pozos fuente ubicados en la provincia de Huesca, dado que constituyen uno de los principales ejemplos de arquitectura tradicional vinculada al agua, «verdaderos ingenios del patrimonio hidráulico en Aragón que reúnen siglos de historia, experimentación, observación y respeto al medio bioclimático semiárido, en el cual escaseaban las aguas superficiales, teniendo que captarse de los acuíferos subterráneos», señalan desde el Gobierno de Aragón.

Los pozos fuente monumentales se localizan en las inmediaciones del Somontano barbastrense a las faldas de la Sierra de Guara. Se trata de los pozos de Abizanda; Adahuesca; Albero Alto, Fuente de los moros o Pozo árabe; Angüés; Antillón, Pozo Fuente Vieja; Blecua y Torres, en Blecua; Laluenga, Pozo Nuevo; Peralta de Alcofea, Lagunarrota, Pozo Bajo; Laperdiguera; Ilche, Monesma de San Juan o Monesma, Pozo la Cabañera; Alcalá del Obispo, Ola; Piracés; Lascellas-Ponzano, en Ponzano, y Angüés, en Velillas.

Estos pozos distribuidos por las poblaciones de la provincia de Huesca, territorio islamizado en la Edad Media, pueden considerarse herederos directos de la arquitectura hidráulica musulmana, de los denominados Qanat, etimología árabe que se traduce por canal o acueducto, en este caso subterráneo; los muqannis eran, en la cultura musulmana, los que desempeñaban el oficio de cuidador de éstas obras hidráulicas. Se espera que está declaración pueda afectar positivamente a los municipios en términos de visitas turísticas.

Cronológicamente, estos pozos fuente pueden oscilar entre el siglo X al XVIII. Es constatable en alguno de estos pozos fuente, por sus evidencias constructivas, su cronología medieval musulmana, algunos de estos monumentos presentan significativos arcos de herradura musulmanes que pueden remontarse a los siglos X-XI, además los muros se trabajan según la técnica de «soga y tizón» practicada en la arquitectura musulmana.

El patrimonio inmaterial relativo a los pozos fuente muestra unos lugares misteriosos y mágicos, sensación acrecentada por el sentido descendente en busca del agua de las entrañas de la tierra, la oscuridad de la cavidad interior, las leyendas para prevenir de los peligros de la imprudencia de la infancia por jugar en éstos entornos o los riesgos de ensuciar las aguas.

Había momentos festivos destacados en la vida de la comunidad, en los que los pozos fuente cobraban especial relevancia: las festividad del equinocio de San Juan cuando los mozos acudían a hacer abluciones y purificarse en sus aguas, rememorando ancestrales rituales de naturaleza; las matacías en el invierno, cuando las subidas y bajadas para acarrear agua eran más frecuentes por las labores que se realizaban, o incluso los juegos de reto y habilidad que se apostaban sobre quien acarreaba más cántaros sin caerse.