UNA CITA INELUDIBLE EN LA SEMANA SANTA DE LA HOYA

La Enclavación regresó para estremecer las calles de Ayerbe

1.500 personas asistieron a la celebración del acto que volvía tras 4 años

Un soldado romano golpea a Jesús de Nazaret momentos antes de ser crucificado. | AYUNTAMIIENTO DE AYERBE

Un soldado romano golpea a Jesús de Nazaret momentos antes de ser crucificado. | AYUNTAMIIENTO DE AYERBE / LA CRÓNICA cronicas@aragon.elperiodico.com

La Crónica

La localidad oscense de Ayerbe acogió en Jueves Santo la XVIII edición de la Enclavación, donde la única iluminación fueron las antorchas y se revivieron las caídas, la crucifixión y el descendimiento de la Cruz de Jesús, con la Torre del Reloj y el Palacio de los Marqueses de Urriés de la localidad como telón de fondo. Se trata de una celebración declarada como Fiesta de Interés Turístico de Aragón y vuelve tras la pandemia «con más ganas que nunca», apuntaron desde el consistorio.

Solo el efecto de una tormenta, con el estruendo de los tambores y bombos, y las voces del Orfeón Reino de los Mallos quebraron el riguroso silencio que acompaña a la representación. Se trata de una recreación de la crucifixión de Cristo por parte de los vecinos de la localidad, que comenzó a las 24.00 horas del Jueves Santo y representa los últimos momentos de la Pasión de Cristo.

Las caídas, la crucifixión y el descendimiento estuvieron presentes en la plaza Ramón y Cajal de la Villa de Ayerbe, junto con la Cofradía de la Preciosísima Sangre de Cristo de Huesca, las Carraclas de Alcalá de Gurrea y la Cofradía de la Sangre de Cristo de Ayerbe, invitadas este año para finalizar el acto solemne.

La comitiva salió del ayuntamiento. Con un silencio estremecedor y la devoción contenida, Jesús de Nazaret portaba la cruz, camino al Calvario, escoltado por una Cuadriga de Romanos, las tres Marías y Juan; solo se escuchaba el arrastrar de la cruz por el suelo, los ladrones delante, alrededor de esta comitiva, vecinos y vecinas de la localidad vestidos de época portaron antorchas, cuya luz es la única que ilumina el recorrido del calvario. Las cofradías acompañantes precedían a la comitiva y llegaron a la plaza para formar en disposición; todo ello presenciado por unas 1.500 personas. Llegó entonces el momento más esperado, el de La Enclavación, donde el sonido del mazo en contacto con los clavos retumbó, al igual que el crujir de la madera alzando la cruz, sobrecogieron a todos los presentes.

Además de este evento, el más importante de la Semana Santa ayerbense, estos días la Cofradía de la Sangre de Cristo recorrió las calles de la localidad en varias ocasiones, sacando un total de siete pasos a lo largo de la semana. Asimismo, el Viernes Santo se celebró la procesión del Santo Entierro, recreando la Pasión de Cristo y cerrándola con el Cristo de la Cama escoltada por romanos.

También se vivió con intensidad la Semana Santa en otros pueblos de la Hoya de Huesca, como es el caso de Almudévar, donde el acto más multitudinario fue la Rompida de la Hora la madrugada de Viernes Santo, Horas antes tuvo lugar la celebración previa del Toque de Tambor.